Martin Imer https://granizo.uy Wed, 04 May 2022 12:39:23 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5 https://granizo.uy/wp-content/uploads/2021/02/cropped-35479380_2119724648259311_9137196494472871936_n-32x32.jpg Martin Imer https://granizo.uy 32 32 194878474 Manuel Nieto: “No me propongo hacer cine político ni de discurso” https://granizo.uy/2022/05/04/manuel-nieto-no-me-propongo-hacer-cine-politico-ni-de-discurso/ https://granizo.uy/2022/05/04/manuel-nieto-no-me-propongo-hacer-cine-politico-ni-de-discurso/#respond Wed, 04 May 2022 12:28:08 +0000 https://granizo.uy/?p=1031

Por Martín Imer

Llega a las salas uruguayas El empleado y el patrón, una película muy esperada por los cinéfilos locales ya que marca el regreso de Manuel Nieto, uno de los realizadores nacionales más reconocidos del cine uruguayo reciente. 

Desde el estreno de La perrera en 2006, Nieto se ha caracterizado por una corta pero intensa filmografía que supo dividir a los espectadores, encontrando en esta oportunidad su apuesta más ambiciosa hasta la fecha: una co-producción con actores conocidos en el panorama internacional, como es el caso del protagonista, Nahuel Pérez Biscayart. Sin embargo, la escala de la cinta no la aleja demasiado de los temas que le interesan al director: a través de una tragedia que sucede en un cambio, las tensiones crecen entre la familia de un peón rural y su empleador, un joven que está aprendiendo a liderar el negocio de su padre. Con motivo de este estreno pudimos hablar con Nieto sobre el significado de la película, su dimensión social y el punto en el que se encuentra en su carrera.

¿Cómo es tu sentimiento al estrenar esta película en Uruguay?

Mi sentimiento es de alegría y agradecimiento, porque esta película llega en un momento en donde se levanta el aforo, y llega acá en un momento inmejorable; osea, ahora lo único que falta es que el público vuelva a las salas, que vuelva al habito que había hace dos años, pero tampoco se le pueden pedir peras al olmo. Creo que es el mejor momento en estos dos años que han pasado para estrenar y la verdad no tengo apuro, una peli a mí me lleva mucho tiempo hacerla, 6 años, entonces no me iba apurar con el estreno por ningún motivo.

Hablando de El empleado…, noto en tus tres películas que todas van hacia los lugares que uno tiene que asumir en la vida. ¿Cómo ves vos esos lugares que uno tiene que tomar? ¿Es algo que a vos te ha perseguido, eso de estar siempre en un lugar fijo en la vida?

No, en particular y en mi vida personal no lo vinculo directamente, no es que a través de las películas hablo de mí, quizás hablo de los que me rodean, pero más allá de eso, que es cierto, que ese tema está en las 3 películas, a mí lo que me interesaba y me preocupaba y lo que quería hacer era hablar sobre la juventud. No es que quiera trabajar sobre eso en mi obra, pero película a película lo que me interesaba era ir sobre diferentes etapas de la juventud; para mí es un momento de la vida súper interesante, porque en la juventud está el futuro, está la esperanza, y también está la pasión por la vida, están los ideales ahí verdes todavía, y está la irresponsabilidad a flor de piel. Esa pulsión por vivir todo intenso, esa mezcla. a mí me ayuda a desarrollar las historias, los dramas.

Esta es una película en la que hay dos jóvenes que tienen que afrontar lugares que cada vez están más difuminados en esta sociedad, el patrón fuerte que tiene que imponer una presencia casi amenazadora y el muchacho que en vez de renunciar a sus sueños quiere hacerlos realidad con el caballo del patrón. ¿Es algo que pasa también en la sociedad uruguaya, de jóvenes que no quieren asumir esos papeles que supuestamente tienen prestablecidos?

No sé, la verdad eso no podría decirlo, yo creo que esta película muestra a un patrón diferente, un patrón que está lejos del estereotipo tradicional o más común del patrón rural fuerte, autoritario. La película viene a mostrar una nueva generación de esta gente, que está tomando el negocio en sus manos y lleva una vida moderna debido a la globalización o lo que sea, obviamente no viven en el campo, trabajan desde la ciudad, se desplazan rápidamente en camioneta por todo el país y traen también nuevas ideas, nuevos sentimientos a este trabajo. Hay que entender igual – y creo que la película lo deja claro – que el tipo es un arribista, es un recién llegado, está empezando con el negocio del padre, entonces todavía conserva esa inocencia, esa frescura de venir de otro lugar, no sabemos cómo va terminar. Por lo pronto creo que hay esperanza de que por lo menos se llegue con otras ideas, otros sentimientos empáticos frente al empleado, después de compasión cuando pasan las cosas que pasan, de culpa… La peli creo que va ahí, a dónde está la culpa, dónde está la responsabilidad, cómo sienten eso uno y otro, los dos son jóvenes más allá de que uno es más joven que otro, pero está ahí la responsabilidad: qué hacemos, cómo la manejamos.

¿Consideras que tu cine es político?

Todo cine es político, porque de una u otra forma estás reconstruyendo la sociedad de acuerdo a lo que vos pensás, en el mundo de tu película. Esta película además te pone por delante un título que remite a ciertas ideas políticas de lucha de clases marxistas, weberianas, como quieras verlo, pero yo no me propongo hacer cine político ni de discurso ni declamativo; yo me propuse hacer una película de personajes. Soy obviamente consciente de la carga política que tiene ya nomás ubicando a uno y otro personaje en un lugar y otro de la sociedad, pero la política puede surgir en cualquier lado, en cualquier situación es simplemente poner a dos personas como juego y está ahí siempre. Las clases siempre han funcionado así en la sociedad, estamos tomando dos pero las clases se relacionan, están separadas pero también se producen fluctuaciones, se producen cambios; es muy diferente el lugar en donde comienza el patrón y donde termina, también el empleado, en términos no de jerarquía pero de sometimiento al otro. Primero uno somete al otro a través del trabajo, el vínculo laboral y después a la inversa con todo lo que la película despliega.

¿Cómo te sentís vos personalmente ante esta tercera película en tu carrera, con todo lo que has aprendido de las otras?

Yo me siento cómodo porque realmente hice lo que quise, quedo muy cerca de lo que el guion planteaba, de lo que yo me imaginaba cuando escribía – una de las ventajas que tiene ser escritor/director y productor es que terminas haciendo la película que vos queres. La película por suerte también encontró financiación adecuada, llevó un montón de tiempo levantarla y conseguirla, pero se hizo con todo lo que la película pedía y eso para mí, profesionalmente, es muy importante. En Francia también la película se defendió sola, ella misma se ocupó de levantar esa financiación que faltó a último momento, a través del Festival de San Sebastián, a través de los fondos franceses, pero eso ya cuando la peli tenía una forma, entonces todo eso me deja muy contento. También que se esté entrenando en Francia ahora en 50 salas; me gustaría que funcionara un poco mejor el tema de las ventas internacionales pero en lo cuanto a lo artístico me siento muy bien, me doy cuenta que no es una película tan radical como la anterior que es mucho más provocativa o es me gusta/no me gusta en términos de audiencia, esta creo que tiene una lectura más homogénea, se lee muy parecido acá o en Francia, la diferencia es la lejanía o cercanía que el público siente a los personajes: acá se siente más fuerte porque son conocidos, allá están un poco más lejos pero igual se ha visto con mucho interés.

Hablando de esa radicalidad, más presente en El lugar del hijo que acá, ¿Sentís que en Uruguay se hacen películas de ese estilo? ¿Hacen falta más películas que presenten un combate?

No sé, lo que veo es que los temas rurales son poco transitados por el cine uruguayo. Y creo que hay pocas películas como esta, serias, de una temática rural, dramática (no tiene nada de humor), y creo que también los personajes están profundamente dibujados, en el sentido de que presentan varias capas — la peli también ofrece varias lecturas a los diferentes sucesos que salen, en ese sentido es una película que es compleja y es sutil, profunda también, y por otro lado creo que con más comodidad que las anteriores, como vos decís. Cuando la hice tenía una voluntad a priori de llegar a un público un poco más amplio que con las anteriores, entonces eso explica un poco la elección de casting, yo me preocupé también por eso de no levantar un discurso e ir como suave, ir a través de la suavidad, de la humanidad que pueden tener cada uno de los personajes.

¿Pero esto como una respuesta a la división que generó El lugar del hijo?

No, no por una división sino porque El lugar del hijo es una película que no alcanzó al público en ningún lugar, fue mal trabajada por la distribución, y para mí no sé si es mejor que esta porque a mí me gusta eso de la radicalidad, de poner las papas sobre el fuego, pero me doy cuenta también que hay que probar cosas diferentes, vos no te podés quedar siempre en el mismo lugar, es aburridísimo. Esta peli me permite otros desafíos como director: trabajar con actores conocidos, buenos actores, un elenco dividido – el mundo del empleado son actores no profesionales de acá y el del patrón son todos actores internacionales conocidos, entonces hacer esa apuesta para mí era muy grande, hacer funcionar esos dos mundos, aprovecharme de ese contraste sin salirme de tono, y que la película alcanzara en cuanto a recursos estéticos y narrativos un nivel acorde a los actores que estaba trayendo, ¿no? (risas) No voy a traer a esta gente a hacer una cosa básica, entonces sí, yo me siento bien.

A mí El lugar del hijo, como joven, me hizo sentir eufórico, y El empleado… me hace sentir así, pero desde un lugar más reflexivo. Una es mucho más radical y la otra más reflexiva, te paras desde otro lugar. Habla mucho de tu versatilidad.

Sí, y también que voy creciendo, pasa mucho tiempo entre una película y otra y la gente cambia; yo entre una y la otra tuve tres hijos.

Y también cambia el lugar político en el que situas la película. ¿Cómo crees que cae esta película en el cambio político y cultural que estamos viviendo?

Yo creo que bien, yo creo que es una película que dialoga perfectamente con el tiempo histórico que el país está viviendo, me encantaría que no solamente se acercara la gente de cultura como más de izquierda, sino que se acercara el otro lado, toda la parte más de centro o de derecha, los blancos, los cabildantes; toda la gente que se sienta identificada con el campo, me encantaría saber qué visión les devuelve la película. Dije “Vamos a poner publicidad en El país y en Radio Sarandí, para que se acerquen” (Risas). No, pero la verdad es que el público más culturoso sabemos que viene más de la izquierda, pero para mí es una película que es importante para todos porque más allá del aspecto político es una película humana, es un drama, habla del trabajo, el miedo por la muerte de los hijos, que lo tenemos todos los que somos padres, y es una película como en ese sentido social, hay derechos, hay responsabilidades, hay culpa, quién se tiene que hacer cargo, y me parece que también lo interesante es que es una peli que al final se las arregla para no juzgar a los personajes, te deja en un lugar donde vos tenes que aplicar la moral y hacer tu propio juicio sobre eso que la película pinta, porque como dice Jean Renoir en Las reglas del juego “razones tenemos todos” y eso es lo terrible de este mundo.

 

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Virus 32: Entrevista a Daniel Hendler y Gustavo Hernández https://granizo.uy/2022/04/12/virus-32-entrevista-a-daniel-hendler-y-gustavo-hernandez/ https://granizo.uy/2022/04/12/virus-32-entrevista-a-daniel-hendler-y-gustavo-hernandez/#respond Tue, 12 Apr 2022 11:52:25 +0000 https://granizo.uy/?p=1023

Por Martín Imer

Se estrena en Uruguay “Virus: 32” una nueva propuesta del cine nacional que apuesta al popular sub-género zombie; es decir, muertos que vuelven a la vida. La película sigue a la cuidadora de un antiguo club que, junto a su hija, deben refugiarse de una horda de zombies con ganas de devorar todo lo que se les ponga enfrente, aunque no será la única amenaza. El film se luce por su cuidadísimo apartado visual, la inteligencia en el manejo de la tensión y el buen hacer de la dupla protagonista.

GUSTAVO HERNÁNDEZ

¿Cómo surge la idea de Virus:32?

La idea nace hace más de cinco años. Desarrollamos con Juma (guionista) un guion que se llamaba Albatros, pero tenía una dimensión de producción inviable para nuestra región y no pudimos levantar la financiación. Después se nos ocurrió trasladar la idea al club Neptuno e inmediatamente todo se alineó y el proyecto vio la luz verde.

Tus películas siempre hablaron de los peligros humanos más que los paranormales. ¿Es esto lo que te lleva a una película apocalíptica?

Lastimosamente mientras rodábamos el caos de la película, también vivíamos el caos y la incertidumbre de una pandemia real. Nuestra mirada siempre está puesta en Iris (Paula Silva) y su coraje y su humanidad por encontrar a su hija en medio de un espiral de violencia y desconcierto. La película juega constantemente entre la convivencia del lado animal y el humano, pero entendemos claramente al final que uno es más poderoso que el otro.

¿Qué te atrae de los zombies en el cine?

En nuestros infectados me gusta la combinación de la fuerza animal con signos muy marcados de inteligencia. Son cazadores implacables, pero que están perdiendo sus rastros de humanidad.

¿Cuáles fueron tus inspiraciones a la hora de crear esta película?
28 days later (Exterminio) de Danny Boyle.

«La casa muda», tu debut, tiene ya 12 años. ¿Cómo la ves a la distancia? ¿Sentis el peso de que sea una «obra de culto»?

Es una película que quiero mucho, que me enseñó mucho y me abrió y me abre hoy muchas puertas. Siempre digo que no tengo ningún peso, porque con mi primer largometraje llegaron un montón de logros, un montón de metas que uno se puede trazar como realizador y todo eso me pasó en mi primer trabajo. Lo que siguió y sigue es todo aventura.

Sos un autor con una marcada tendencia hacia el cine de género. ¿Es difícil mantener esos intereses en el mercado latinoamericano?

El género de terror se demanda en todo el mundo. Nuestras tres últimas películas, No Dormirás, Virus:32 y Lobo feroz (con fecha de estreno para 2022) fueron financiadas en gran medida por estudios y plataformas antes de encender la cámara. En nuestro caso, los mercados siempre están alerta a nuestros próximos trabajos.

¿Qué diferencias hallas en un rodaje en pandemia?

Rodar en pandemia es mucho más caótico, porque el virus obviamente nos lleva a tomar todas las precauciones que existen para que nadie se enferme. Para respetar todos los protocolos de sanidad se necesita más tiempo y dinero, y obviamente esos recursos son dos variables fundamentales en la industria del cine.

¿Cómo fue el armado y la ejecución del impactante plano secuencia con el que abre la película?

El plano inicial de la película llevó mucho diseño de producción y realización para poder ejecutarse. Tuvimos que cerrar varias manzanas de la ciudad vieja para poder trabajar con precisión la corografía que necesitábamos. Se rodó en dos días que fueron muy complicados técnica y actoralmente ya que la cámara y los actores tenían que coincidir en algunos casos milimétricamente en el tiempo y el lugar.

Paula Silva entrega una actuación muy convincente. ¿Cómo fue el proceso de dirigirla durante esas emociones?

Paula Silva hace un trabajo increíble durante toda la cinta y es gracias al talento y compromiso que puso en cada plano. Fue un rodaje muy exigente para todos los que estuvimos involucrados, desde los actores a los técnicos. Paula tuvo que sumergirse en su personaje sin descuidar la técnica en la puesta de escena, ya que hay muchos planos secuencias en la película que conllevan una concentración absoluta en cada detalle.

¿Crees que, al tener un escenario tan uruguayo, la cinta resulte más impactante para los espectadores locales?

El club Neptuno es un lugar con muchísima personalidad y quisimos mostrar cada rincón del club de una manera especial, con un color e iluminación únicos para cada escenario, desde los vestuarios hasta las piscinas.  La película se desarrolla íntegramente en la ciudad vieja, donde obviamente hay un peso muy grande del puerto y de toda la arquitectura del barrio.

¿Tenes próximos proyectos en mente?
Este año vamos a estrenar Lobo Feroz, una película que rodamos en España. Por otro lado tenemos algunos proyectos de series y largometrajes, pero todavía no podemos adelantar muchos detalles.

DANIEL HENDLER

¿Cómo ves a tu personaje en VIRUS: 32?

Lo veo como una mezcla de visionario y, al mismo tiempo, un negador. Es el único que parece entender lo que está pasando ahí, cuáles son las claves de ese apocalipsis que se viene. Y por otro lado, no puede asumir que su sueño se acabó. Pero tampoco se puede analizar fuera del género; el tipo está ahí para cumplir una función. Tuvimos la suerte de trabajar los personajes con Juma Fodde que es guionista de la película y nos ayudó a entender varios vericuetos, y también le dejamos espacio al juego, a lo que no necesariamente tiene respuesta.

¿Qué fue lo primero que te atrajo de esta propuesta?

La propuesta me llegó a través del coproductor argentino, Sebastián Aloi, con quien ya tenemos una buena lista de trabajos compartidos, y me llegó en plena cuarentena; una película que hablaba sobre una pandemia zombie, una especie de terror distópico que tenía que ver con algo de lo que nos estaba pasando, y de la mano de un director que sabe del género. Yo nunca participé en películas de terror, así que me pareció una buena oportunidad.

Ya has participado de películas sobre eventos apocalípticos. ¿Crees que también, en cierta forma, hablan de una realidad del hombre?

 Es cierto que ya me tocó colaborar en alguna película apocalíptica como Fase 7. Supongo que en este mundo donde se discute si la libertad es algo totalmente individual o tiene una dimensión colectiva, el apocalipsis nos muestra el «sálvase quien pueda»; como un espejo de esa falta de conciencia de que en esto estamos todos juntos.

Virus: 32 estrena localmente a pocos meses de otro estreno tuyo, EL PRÓFUGO, ambas cintas con elementos de fantasía. Como actor, ¿Qué te atrae de este tipo de cine?

 Más allá del género o de la mezcla de géneros en una película, me atrae cuando el director o directora aporta una mirada propia sobre las reglas de esos géneros que está trabajando. En estos géneros que mencionás, además, me interesa cómo se trabajan los climas, las tensiones; el trabajo actoral atiende mucho más ese engranaje y no tanto los aspectos compositivos con los que generalmente queremos lucirnos los actores. El género de terror busca llevar de las narices al espectador, en un acuerdo con él, como si se lo invitara a ingresar en una montaña rusa. Ahí los personajes son el punto de vista desde el que nos identificamos como público. No son nuestro objeto de atención en sí, si no los que nos sacan de paseo.

Tanto Virus como «Así habló el cambista», que también protagonizaste, son producciones locales con gran despliegue artístico. ¿Qué sentís al participar de este momento del cine uruguayo, sobre todo habiéndolo vivido en su punto de inicio?

Me encanta. Más allá del despliegue de producción, me encanta ver que hay autores y autoras que encuentran un camino interesante, y poder colaborar con ellos es un lujo.

Además de tu labor como actor, te vemos muy activo en tus redes sociales, comentando sobre todo lo que te importa. ¿Qué opinas de la actualidad uruguaya, reflexionando post-elecciones?

Uh, es una pregunta demasiado general. Lo podemos dejar para otra oportunidad. Me alegro que me veas activo en las redes porque yo me reprocho lo contrario. Lo que sí puedo decirte es que es difícil debatir en estos momentos donde prima la demonización y proliferan las falsas noticias. Vemos como zombie al que piensa diferente.

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«Licorice Pizza»: Paul Thomas Anderson nos invita a creer en la magia https://granizo.uy/2022/02/17/licore-pizza-paul-thomas-anderson-nos-invita-a-creer-en-la-magia/ https://granizo.uy/2022/02/17/licore-pizza-paul-thomas-anderson-nos-invita-a-creer-en-la-magia/#respond Thu, 17 Feb 2022 12:31:13 +0000 https://granizo.uy/?p=1005

Por Martín Imer

Han corrido ríos de tinta sobre el trabajo de Paul Thomas Anderson, uno de los realizadores más importantes del cine estadounidense actual ya que estamos, sin lugar a dudas, ante un director de prestigio que, además, genera siempre sensaciones potentes en los espectadores.

La obra de Anderson siempre ha circulado por carriles muy extravagantes, aunque sin desentonar: su primera gran película, Juegos de placer, era un muestreo del talento desprejuiciado del joven autor, presentando una historia alocada, técnicamente virtuosa y llena de ambiciones, que luego fueron más allá con Magnolia, primera obra maestra. Esta película no solo representa la confirmación absoluta de Anderson, sino también un giro hacia un cine mucho más serio y preocupado por los temas fundamentales de la vida: el amor, la ambición y la cercanía de la muerte.

Esos temas, junto a otros de igual importancia como la corrupción (moral y social) y el sentido de la vida – o la falta de sentido – también se hicieron presentes en otras obras mayores como Petróleo sangriento (probablemente su mejor película) y The master, aunque el director nunca abandonó del todo su costado más «juguetón» entregándose al absurdo junto a Adam Sandler con Embriagado de amor o a Joaquin Phoenix y gran elenco en Vicio propio, cintas mucho más cercanas al tono ligero de Juegos de placer. Y si bien El hilo fantasma, su anterior cinta, parecía ser un regreso del autor al cine con mayor peso dramático, Licorice Pizza, su más reciente largometraje, devuelve al autor a ese universo de ligereza, o al menos eso se puede advertir en una primera mirada.

Y es que Licorice Pizza, con su trama situada en los años 70 y su foco puesto en las idas y vueltas sentimentales de dos adolescentes que intentan tener un gran despegue en el mundo artístico, no es tan ligera como tal vez podían suponer algunos al ver el trailer (y aquí me incluyo a mí mismo). Y no es así por lo que cuenta, sino por lo que representa. Después de años explorando los rincones más oscuros del ser humano y de la historia de su país, y con una nueva e incierta realidad a la que debemos enfrentarnos día a día, Paul Thomas Anderson decide refugiarse en el mundo de la adolescencia, y tal vez precisamente en su entorno de su adolescencia – recordemos que PTA tiene 51 años – para recordarle al mundo que vivir es más que la angustia que nos rodea en el día a día. Que vivir puede ser mágico.

Que no piense el lector que se encuentra con algún tipo de cinta edulcorada y aleccionadora, ya que en ningún momento va por ese lado. Lo que busca el director no es querer darle al espectador un mensaje sobre la vida o consejos para vivirla, sino retratar esos pequeños instantes en donde suceden cosas, tan insólitas y maravillosas, que terminan siendo magia. Y lo hace de la misma forma que Fellini, en tantas emblemáticas producciones como La dolce vita, o como lo hizo en cierta forma Tarantino en su más reciente película: fusionando la ficción que cuenta con ciertas chispas de fantasía dentro de esa misma ficción, pidiéndole al público que juegue con él a partir de esas reglas. Licorice Pizza se desarrolla a partir de distintas situaciones que viven sus personajes en el día a día, casi de forma episódica, y lo que ocurre en ellas suele ir desde lo más cómico y extraño (las apariciones de famosos con leves cambios en el nombre pero muy fácilmente reconocibles, como William Holden o Kris Kristofferson, algo similar a lo que hace Bukowski en su libro Hollywood) hasta lo más íntimo y conmovedor, estableciendo un mundo en donde todo puede ocurrir, incluso que ese joven de 15 años sea un emprendedor nato que lleva adelante empresas y busca enamorar a la chica diez años mayor.

Ese chico, Gary Valentine, interpretado por el sorprendente Cooper Hoffman, hijo del gran Phillip Seymour Hoffman, parece un protagonista cualquiera, pero si analizamos detenidamente a los personajes de PTA se trata de un papel muy consecuente: en definitiva, todos los protagonistas masculinos de las obras del director buscan salir adelante, creen en el Sueño americano, en el hombre que se construye a sí mismo a pesar de todas las adversidades, que lleva en su corazón el objetivo principal de ser exitoso. La diferencia está en que, en las oportunidades anteriores, veíamos hombres grandes, cuyos objetivos se hallaban difusos por el paso del tiempo o destruidos por el devenir de la vida. Gary es la esencia del cine de Paul Thomas Anderson, el punto de partida de todos, aunque no lo podíamos advertir tras las capas de arrugas y resignación de los demás. Y el director lo sabe, por lo que le regala su película más generosa, más desprovista de peligros y más alegre, una película en donde los conflictos se resuelven con la misma rapidez con la que se crean, en donde el mundo es más fácil (definitivamente más que el de ahora) y lo que hoy termina, mañana puede comenzar con más fuerza. De todas formas, no es un mundo inocente el que habitan estos seres, y la cinta muestra situaciones bastante lamentables, pero el enfoque no está en el juicio sino en la mera observación; en definitiva, es lo que pueden hacer ellos ante la sociedad que les toca, y la mirada no desemboca en un revisionismo sino en una recreación. Hablando de la recreación, es también meritorio el brillante trabajo de producción para traer a la actualidad el espíritu estético de la época reflejada.

La dupla principal es muy convincente. Alana Hain, otra revelación, integra junto a sus hermanas un grupo musical, y Paul Thomas Anderson se ha encargado de dirigir varios de sus videos. La propia actriz reveló que el director le confesó que escribió esta cinta luego de conocerla: todo este mundo gira alrededor de su personalidad. Y tiene una naturalidad asombrosa, de la que no recuerdo registro reciente en el cine estadounidense. Gracias a la química natural que tienen ambos y el magnetismo que generan, uno cree la magia que sucede en pantalla. Hay una escena particularmente emocionante respecto a eso: debido a la crisis del petróleo de los años 70, los chicos se quedan sin gasolina y deben llegar colina abajo para conseguirla, además de otra circunstancia que conviene no revelar. Alana (que lleva el mismo nombre que la actriz) es quien está al volante, y a partir del breve empuje de Gary logra llevar a cabo la proeza, siendo capaz incluso de maniobrar y no chocar contra nada. No hay música, y el montaje de la escena es bastante rápido, como si se tratara de una escena de acción. Pero la heroína es ella, y su tranquilidad es lo que la hace cool, lo que hace que nos asombremos, y sobre todo, que lo creamos como público. Eso es la magia del cine. Y eso está presente en cada fotograma de esta cinta excepcional.

Sin dudas, este escape cinematográfico del director está lleno

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Entrevista a Ariel Winograd https://granizo.uy/2022/01/20/entrevista-a-ariel-winograd/ https://granizo.uy/2022/01/20/entrevista-a-ariel-winograd/#respond Thu, 20 Jan 2022 12:51:24 +0000 https://granizo.uy/?p=990

Por Martín Imer

«La comedia es un género que yo amo mucho»

Hoy por hoy hablar de Ariel Winograd es hablar de una pieza fundamental en el Cine argentino mainsteam. No solo es el realizador un sinónimo de éxito comercial, rodeándose de figuras de gran convocatoria popular y con propuestas atractivas para el gran público, sino también una señal de calidad detrás de la cámara; un título ganado a pulmón luego de varias obras de amplia llegada masiva pero también personalidad y talento como Sin hijos, Mamá se fue de viaje y Mi primera boda. Winograd, nacido en el cine independiente con Cara de queso, fue situándose con el paso del tiempo en un lugar muy interesante para un director, ya que cuenta con el apoyo de los espectadores y también de artistas de renombre, como Diego Peretti, Guillermo Francella o Natalia Oreiro, para aparecer en sus cintas. En esta oportunidad el argentino presenta Hoy se arregla el mundo, comedia dramática que lo presenta en su mejor versión, la más emocional sin rendirse al sentimentalismo, retratando el viaje de un hombre y un niño que un día descubren que no son padre e hijo, e intentan buscar al verdadero progenitor del segundo, redescubriéndose a sí mismos en el proceso. Es una película llena de ternura y pinceladas de humor, encabezada por un Leonardo Sbaraglia en estado de gracia y la revelación de Benjamín Otero como un niño actor a tener en cuenta. Sobre la película, su forma de trabajar y el estado de la industria, les presentamos aquí una entrevista que pudimos realizarle al exitoso director.

¿Qué te atrajo de “Hoy se arregla el mundo”?

Obviamente como todo, siempre empieza con la lectura del guion. En este caso, Mariano Vera escribió un guion hermoso en conjunto con Patagonik, que son la misma productora con la que hicimos Sin hijos y Mamá se fue de viaje. y esta historia me atrapo desde el inicio, eso fue lo que más me gustó.

Siempre contas con figuras muy conocidas en los roles principales de tus cintas, y esta no es la excepción. ¿Cómo fue trabajar con Leonardo Sbaraglia?

El proceso de trabajo con Leo fue muy emocionante. Partimos, como siempre se hace con los actores, de una lectura muy profunda y minuciosa, donde vas leyendo todo el guion y poco a poco, en conjunto con Leo, ayudas o acompañas en la construcción del personaje: quien es el griego, por qué hace lo que hace y en qué estado emocional se encuentra a la hora de empezar la historia y como lo va atravesando. Obviamente fue una experiencia maravillosa, ya que encontré un amigo y un compañero de trabajo tremendo que adopta a los personajes, se los come y los transforma.

A pesar del elenco de estrellas, el joven Benjamín Otero se roba todas sus escenas. ¿Es más difícil trabajar con un actor nuevo o con uno ya consagrado y con una idea más fija de lo que es la actuación?

Bueno, los procesos de trabajo con chicos son siempre diferentes porque cada chico es un mundo. En este caso, nosotros hicimos un trabajo muy fuerte en conjunto con María Laura Berch, que no fue solo la directora de casting de la película sino también la coach de Benja. Entonces en un punto se trabaja muy en paralelo con todo lo que sería la parte humana de Benjamín, porque uno no deja de ser un niño, y eso requiere una contención muy diferente de estar trabajando con un actor consagrado, adulto, que tiene por ahí más experiencia, entonces hay un trabajo humano por un lado y de interpretación por el otro, de qué es lo que va sucediendo en cada escena. Así que siempre es como un mundo nuevo de aprendizaje con cada niño actor con el que uno comienza a trabajar, porque sus intereses y sus maneras de acercarse a la historia son diferentes.

Siguiendo con los actores, se nota tu preferencia por repetir colaboraciones, como con Diego Peretti o Martin Piroyanski. ¿Por qué preferís esta forma de trabajo?

Principalmente porque son amigos, porque nos tenemos mucho cariño, respeto y admiración, y hay algo del hecho de filmar una película y que funcione en cierta manera para reencontrarse con amigos, para hacer algo, que siempre para mi es muy gratificante; ese tiempo en el set. En este caso también esta Mario Alarcón, que con él venimos trabajando desde Vino para robar. A mí me gusta repetir mucho a los actores que admiro y – si se puede y se da la posibilidad porque hay un rol – siempre los invito a ser parte de mis películas.

Siendo un realizador de productos muy exitosos, imagino que tendrás mucha expectativa por el lanzamiento en salas de la cinta, en estas circunstancias tan adversas. ¿Notas que el público está ansioso por volver a las salas con producciones no-blockbusters? ¿El cine argentino volverá a tener éxitos como, por ejemplo, “El robo del siglo”?

La verdad que tal como decís, es un momento de cambio cultural, principalmente en el cual el cine en general ha perdido público, y se ha perdido un poco el hábito, entonces uno tiene que ser consciente de que los tiempos han cambiado: uno no espera los números de antes, hoy todo está pasando por las plataformas, y en este caso el cine se ha transformado en un acto romántico, para con el estreno darle de nuevo la posibilidad a los espectadores de, si tienen el deseo, vayan a ver la película a las salas, que son espacios completamente seguros, ya que el cine es un espacio seguro. Pero de vuelta, uno tiene que entender que los hábitos han cambiado, y los números no van a ser los mismos de antes, porque sería muy inconsciente pensar que todo es lo mismo cuando todo ha cambiado. Esto no quita que uno siempre tenga expectativas y los mejores deseos para con las películas que uno hace.

Tus películas tienen un marcado estilo entre la comedia y el drama, aunque con mayor decantación por la primera. ¿Qué te atrapa de este género? ¿Ves futuro para la comedia luego de la “nueva normalidad”?

Sí, lo veo. La comedia es un género que yo amo mucho, en el que me siento muy cómodo, y me encanta poder utilizar este género para poder contar historias, creo que más allá de la nueva normalidad o como se llame los géneros no mueren. Todos necesitamos reírnos, reírnos nos hace bien a la salud, hace bien al alma y a la mente, con lo cual no es un género que va morir.

¿Cómo ves al cine argentino post-pandemia? ¿Sentis que la industria está empezando a recuperarse?

Siento que la industria se empezó a recuperar desde el año pasado gracias a las plataformas. Está habiendo muchísimas producciones en diferentes campos, la industria está trabajando tanto en series como en películas y por suerte hay mucho trabajo. Esta recuperación sucedió el año pasado por la necesidad también de parte de las plataformas de generar contenido, así que en ese sentido poco a poco las cosas se fueron acomodando a diferencia de lo que fue el primer semestre de marzo que estaba todo parado literalmente.

¿Tenes próximos proyectos en mente?

Sí, estoy por estrenar en marzo una serie que filmé para Mexico, para HBO Max, que se llama Las bravas, que quiero mucho porque es la primera serie en la que trabajé como director y también en el rol de showrunner, y ahora también en marzo voy a empezar a filmar una película para una plataforma dentro de un convenio que tengo con Viacom-CBS.

 

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Davus: «El show es como ir al gimnasio» https://granizo.uy/2021/11/01/davus-el-show-es-como-ir-al-gimnasio/ https://granizo.uy/2021/11/01/davus-el-show-es-como-ir-al-gimnasio/#respond Mon, 01 Nov 2021 11:38:43 +0000 https://granizo.uy/?p=971

Por Martín Imer

Si bien hace unos años podía parecer un género de nicho, la realidad es que el trap como género musical se ha impuesto en la escena latinoamericana, y Uruguay no ha sido ajeno a esta explosión de talento urbano. Entre los artistas que circulan por la movida se destaca Davus, un músico local que, gracias a una combinación de letras cercanas y sonidos adictivos, ha generado una legión de fans.

Davus (o, como es su nombre real, David Oliver) aporta una frescura particular que es elogiada tanto en nuestro país como en toda América Latina, y sigue avanzando en su camino artístico logrando importantes lugares en diversos shows. En esta entrevista podrán ver a un Davus auténtico, en su forma de hablar, volando entre distintas líneas de pensamiento – que intentamos replicar en esta transcripción de la charla – y también en su honestidad a prueba de balas.

¿Cómo ves este presente en el que estas, que vas a sacar ahora una canción y tenes varios shows por delante?

-Bien, me siento en un buen momento porque viste que por la pandemia y todo medio que venía todo bastante bien, subiendo zarpado, y de repente de la nada se estancó y empezó a bajar, y de a poquito en la pandemia si bien llegue a hacer un par de shows que estuvieron buenos, en salas grandes, no los sentía como que estaba en movimiento, ¿viste? Yo siento que recién ahora está todo activándose y eso me llena porque lo necesito. La instancia del show es, para mí, como ir al gimnasio, es como un ejercicio que también me hace distender zarpado y además esta toda la instancia del contacto con la gente que ta… es el único lugar donde realmente conectas con la persona que te escucha, porque en otros lados no los ves, no los cruzas, en la calle capaz alguno que otro pero no se genera lo mismo.

Vos me decías que era medio como una cosa casi catártica, el que estuvieras todo el tiempo componiendo, ¿cómo es tu proceso creativo?

-Depende como estoy, no es siempre igual, pero siempre va ligado a como me siento, digamos. Hay gente, escritores o productores, que logran escribir o producir más allá de cómo están, ¿viste? Eso ya requiere de un nivel de cabeza que no tengo o que todavía no me sale, entonces mi ritmo de creación siempre depende de cómo me siento yo; si estoy bien, van a salir cosas que se sienten bien y si estoy mal van a salir cosas que se sienten mal pero no dejan de ser buenas o malas por eso; sea lo que sea que esté haciendo voy a hacer lo mejor que me salga. Pero no hay un patrón a seguir.

Y son temas que salen muy de adentro tuyo, ¿no?

-Sí, la mayoría sí. Obviamente que hay temas que los he pensado más comercialmente hablando y de repente son más superficiales, pero por lo general sí, siempre salen de adentro porque me siento así cuando los hago, entonces en la mayoría sí hay una especie de no sé, algo que se siente que es real porque sale de ahí.

¿Y cuáles son los que más pegan en el público, los comerciales o los que son más propios?

-En el público general los que son más comerciales, porque es lo que quieren escuchar, lo que más se parece a lo que suena en el mercado es lo que la gente suele agarrar mejor. Pero después están las personas — no sé si decir fans, pero sí los que escuchan más seguido, digamos, que aprecian mucho más lo otro, porque llegan a conocerte un poco mejor, se sienten más cerca. Pero es más difícil entrar al público general con una canción que de repente no suene a nada parecido a lo que hay en TikTok.

También estábamos hablando de esa velocidad con la que vos haces las cosas y sacas álbumes y temas, ¿cuál sería el que vos consideras un ritmo habitual de trabajo?

(Ríe)

¿O no tenes?

Es que no, el ritmo habitual de trabajo para mi hoy en día es cuando estoy en plan — es que yo funciono por rachas, ¿viste? De repente tengo una buena racha y estoy tres, cuatro semanas que no paro, todos los días me pongo a hacer dos o tres canciones, literal, y hay rachas que en dos meses no hago una, pero cuando no estoy haciendo música estoy o pensando en la producción de videos, o haciendo tipo tapas para los releases, o armando shows, o vendiendo CD’s, siempre estoy haciendo algo relacionado. Si no estoy haciendo música, estoy haciendo algo relacionado con el producto en sí. Siempre estoy pensando en eso, de una u otra manera.

¿Cuál es tu inspiración, tenes inspiraciones de tu vida o son cosas que salen en el momento?

Por lo general suceden situaciones en la vida que esas me llevan a sentir ciertas cosas y en vez de hablarlas o ir a un psicólogo – que debería, igual (risas) – las saco por ahí, entonces eso es una inspiración. Por ejemplo, cuando me siento triste, ponele, sobre todo cuando tiene que ver con amores, esos son los mejores momentos, puedo hacer un álbum en 2 semanas.

¿Y eso no te hace sentir también un poco vulnerable ante el público?

-No porque aprendí a vivir con eso y me gusta también sentir que puedo sacar para afuera algo que otros también tienen adentro pero no se animan a hacerlo o no les gusta hacerlo, pero sí como ver cuando alguien lo hace. Es como un libro, la mayoría de los bestsellers son libros en donde alguien cuenta algo que le pasó, situaciones dramáticas o cosas emocionales; a la gente le gusta de repente ver en otros lo que ellos no se animan o no quieren hacer, entonces capaz me siento un poco vulnerable si lo pienso, pero no es algo que no me haga dormir, al revés, me gusta porque siento que me hace ver más humano al ojo del otro. Y no me cambia tampoco, no duermo más o menos por si me miran bien o mal, por ser así, me da igual.

Más allá de que seguís siendo independiente y tuviste un camino sobre todo que te costó mucho, ahora estas en estos shows bastante grandes e importantes, ¿cómo ves, en general, a la industria en Uruguay, independiente y mainstream?

Independiente es complicado como toda la vida, eso sigue igual. Osea, hay más gente involucrada, gente metiéndose, más eventos y más movida, pero sigue muy en pañales, siento que faltan gestores culturales que conecten al público con los artistas de una manera que sea productiva para todos, ¿viste? Como que todos puedan beneficiarse de eso. Y en lo comercial, creo que ha crecido abundante, hoy en día hay varios estudios de grabación increíbles que hace 5 o 10 años no existían, y todas esas cosas salen de los bolsillos de personas que las hicieron a huevo, no es que vino — ponele, en España hay un estudio de HYM, osea nada que ver, una empresa de ropa, pero que van y ponen plata y hacen canciones y es para el uso nuestro — acá no, acá hay gente que porque toda la vida han sido productores dicen «vamos a poner un estudio» y gracias a eso es que hoy en día existe todo un ambiente, digamos, comercial, de artistas que están haciendo algo más grande y que está bueno; creo que hay una escena comercial ya, que no será increíblemente zarpada exorbitante, pero hay artistas que pueden competir internacionalmente en cuanto a números y producto y eso.

¿Y vos en qué lugar te ves en este momento?

Yo me veo del lado independiente porque es lo que soy, pero a su vez creo que tengo llegada y amistades y conexiones del mainstream, entonces es como que trato de usar herramientas de los dos lados, no me considero tampoco 100% independiente porque si bien esto es laburo que sale a huevo muchas veces colaboro con gente que no es independiente entonces es como que estoy ahí, en el vaivén, estoy jugando con las dos.

¿Y te gusta eso?

Sí, me gusta, y yo no estoy en contra de nada, tampoco no es que yo me cierre y diga “yo soy así” ni ahí, si soy independiente es porque estoy esperando el momento indicado para llegar a un acuerdo que yo también me sienta 100% cómodo de firmar. Ya podría haber firmado, pero no siento que he recibido el trato que merezco, entonces estoy ahí jugando, pero cómodo.

También es más difícil eso…

-Total, porque hay muchas puertas que se te abren si ya estás adentro. Por más que esté todo bien, por más que seas amigo y todo, es su negocio, comen de eso, y por más que esté todo bien vos tenes que estar adentro para que se te abran esas puertas, y yo lo entiendo. Pero ta, mientras tanto, por ahora puedo moverme, puedo hacer música, puedo vender libros y vender ropa y algo puedo sacar.

En Argentina también tenes muchísimo público, ¿no? Yo había leído un dato tuyo que de Spotify eras más escuchado en Argentina que en Uruguay.

Sí, en Argentina, México, Chile, España y recién Uruguay. En Argentina son 20 veces más que lo que me escuchan acá

También hay un mercado mucho más grande allá.

Claro, en Argentina sí hay una industria que ya está, ya no los mueve nadie, acá se está gestando recién. Allá también hay más gente y consumen mucho más, están mucho más acostumbrados a escuchar más allá de lo que suena en la radio, o en la televisión, o en spots publicitarios. En Argentina escuchan cosas más de afuera y eso ayuda un montón porque de repente yo hago cosas que no suenan tan como el Peke o cosas así, son otras vertientes.

¿Y a vos te gustaría vivir en Argentina?

No sé si me gustaría vivir, pero me gustaría hacer viajes intermitentes, cada dos semanas ir; dos allá, dos acá y así pero no sé si me gustaría estar ahí tiempo completo, sería complicado, me gusta también estar acá. Sería lo más inteligente, igual.

Para tu carrera, sí, si lo miramos desde un punto de vista económico y comercial.

Podría hacer igual algún viaje que dure, no sé, seis meses, y ver qué onda. En realidad, podría pasar, pasa que en mi cabeza lo pienso y me da cosa; también pasa que estoy muy arraigado acá, nunca viví en otro lado, entonces me daría un poco de miedo.

¿Miedo a qué?

A todo, porque voy a meterme en algo que ni conozco, también: yo he viajado un montón, pero no es lo mismo ir como turista que ir a vivir ahí. No es lo mismo ir con dólares y cambiarlos ahí en el dólar blue que ir y ganar en pesos, entonces ya es otra onda… Aparte cuando vas una semana o dos tenes algo para hacer todos los días, porque obviamente como saben que estás ahí poco tiempo te van a invitar a un estudio a grabar, te van a invitar a todos lados, pero la cosa es cuando estás ahí quién te sigue invitando y quién te sigue en esa; una cosa es el que está ahí un ratito y otra es el que ya está ahí. Cambia.

Volviendo al tema de los shows, ¿Cuándo tenes ahora?

-El 22, en la Sala del Museo.

¿Cómo te sentís cuando encaras un show que ya tiene toda una preparación, en un escenario, con luces, te sentís distinto a lo que es un show más casero con amigos?

Sí, obvio, te saca algo de adentro que está re zarpado, porque cuando es algo de amigos y eso por lo general — antes de ayer, fue un evento, en una plaza que estuvo hermoso, en el Pinar, y yo realmente lo disfruté muchísimo pero claro, tiene limitaciones en cuanto a sonido que de repente satura un montón, que el retorno es malísimo, entonces no terminas de entrar como deberías, pero en cambio en las salas grandes yo creo que ya sólo con el sonido se te mete algo adentro que decís «esto es mío, es mi momento» entonces terminas haciendo algo mejor. Yo lo vivo re bien, a mí me fascina, cada vez que tenemos que tocar en una sala grande no sé, me entero un mes antes ponele y con las preparaciones y eso ya estoy deseando que sea el día.

¿Tenes próximos proyectos muy a futuro o vas armando cosas sobre la marcha?

Las dos, tengo cosas que voy armando y las guardo y veo para sacarlas cuando sienta que es el momento o cuando tenga ganas, porque a veces no sentís nunca que llega el momento porque es imposible saber. A veces le erras y a veces le embocas, cuando pensas que puede funcionar o no, pero me gusta hacer las dos cosas, grabarlo y guardarlo, esperar que sea el momento, prepararlo con dos meses antes, largarlo pensado, o de manija decir “bueno vamos hacer esto, hacemos el video mañana con un celular igual y lo largamos la semana que viene”, osea las dos, porque me como la cabeza, si estoy haciendo música pensando en que la voy a sacar en junio del año que viene ya la mente me come, no puedo, tengo que pensar en el ahora también.

 

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«Infierno vacío»: entrevista a Gustavo Iribarne https://granizo.uy/2021/09/22/infierno-vacio-entrevista-a-gustavo-iribarne/ https://granizo.uy/2021/09/22/infierno-vacio-entrevista-a-gustavo-iribarne/#respond Wed, 22 Sep 2021 10:36:39 +0000 https://granizo.uy/?p=939

Por Martín Imer

El escritor Gustavo Iribarne publicó un nuevo libro de cuentos titulado “Infierno vacío”; una obra que demuestra el carácter multifacético de su autor, ya que además de dedicarse a escribir ficciones es periodista, crítico cinematográfico y organizador del conocido festival «Piriápolis de película», que este año tendrá su tradicional edición en el Argentino Hotel. 

¿Cómo te sentís ante esta nueva publicación? ¿Los mismos nervios, o se toma distinto?

En lo personal, escribir es como realizar un ejercicio de supervivencia. Por eso es que la publicación de un nuevo libro, más allá de reconfortarme, la siento como una catarsis liberadora y pasional. No puedo hablar de nervios ni ansiedades, es otra cosa. Cuando el texto se convierte en libro como objeto físico y lo tomo en mis manos, al leerlo  me impresiona como si lo hubiera escrito otra persona. Como si alguien, desde el inconsciente, me hubiera dictado lo que tenía que escribir. Ya me había pasado con “La revancha y otros cuentos”, mi libro anterior. También siento que escribir supone un acto de exploración interna, una actividad cuasi mágica e inefable. Un trabajo que mezcla  placer y búsqueda a la vez que  desafía a la página en blanco para lograr, a lo mejor, una futura conexión con el lector. De todas maneras, no hay que escribir pensando en el lector sino concentrado en uno mismo. Puede que todo lo que he dicho impresione como palabrerío de discurso magistral pero es lo que siento y necesito expresarlo así.

¿Con qué temas centrales se van a encontrar los lectores en el libro?

Quizás no pueda hablar de temas centrales, eso lo dejo para los lectores o los críticos literarios. Hay un proverbio latino que señala que “nada de lo humano me es ajeno” y creo que eso se aplica para lo que uno vierte en la escritura. De todas maneras, Juan Rulfo ya había dicho que en territorio literario, “no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte”. Tan simple como posiblemente inabarcable. Igualmente, supongo que cada persona que lea el libro podrá encontrar algo con lo que se sienta identificado, aunque también puede generar rechazos, lo que también  supone una respuesta frente al texto. Pero tratando de buscar algo puntual como temática, diría que el cruzamiento onírico con los límites de lo que llamamos realidad es un concepto que me atrae.

¿En qué te basas para crear los cuentos? ¿Tenés influencias de la realidad o de otros autores que te gusten?

Posiblemente parte de lo que respondí en la pregunta anterior también sirva para contestar esta nueva interrogante. Escribir es explorar el mundo que te rodea y confrontarlo con tu mirada personal. La percepción del afuera y la manera en que tu interioridad recepciona esa información es parte del juego a la hora de transcribirlo en palabras. A lo mejor suena medio académico pero no hay vuelta que es así. Ahora, si me pongo a hablar de autores que me han impactado (no quiero hablar de influencias porque sería un desubicado acto de vanidad o pedantería), la lista es muy amplia y ecléctica porque puedo arrancar por Shakespeare (para mí, el UNO) y terminar con Felipe Polleri mientras subrayo otros grandes nombres como Kafka, Cortázar, John Fante, Borges, Ray Bradbury, Mariana Enriquez, Harper Lee, Bioy Casares, Juan Forn, Raymond Chandler, Gabriel García Márquez o Connie Williams. Lo dejo por acá pero advierto que es un registro a vuelo de pájaro absolutamente incompleto. (Después me voy a arrepentir de no haber mencionado a algunos otros).

¿Qué te resulta atractivo del formato de cuento, a la hora de escribir?

La intensidad. Ahora estoy escribiendo una novela y el relato puede alcanzar niveles de diversificación que el cuento debe condensar en un mundo mucho más cerrado. Si bien hay algunos textos más largos que otro, esa concentración es propia del relato breve. Por lo menos es lo que yo experimento a la hora de merodear los términos que instalo en la historia que narro. Después estará la respuesta por parte del que lo lee porque, como dijo Borges, “los textos pueden no ser muy distintos pero cambian según el lector” y Bolaños agregó que “uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte”.  Esa intensidad de la que hablaba al principio debe cerrarse positivamente al final de la lectura, completando un todo. Ojalá haya logrado algo de lo que subrayo en esta respuesta.

¿Qué tan distinto te resulta el escribir una ficción a una crónica periodística o una crítica de cine?

Muy diferente. En la crítica uno escribe sobre la obra de un tercero, ya sea una crónica cinematográfica, sobre un artista plástico o un cantautor, Aquí, en la ficción, el escritor se desnuda frente al espejo y escribe lo que siente desde su “yo” interno, aunque suene muy psicoanalítico. Por supuesto que en la crítica siempre tiene ese costado subjetivo, imposible de eliminar, más allá que apelemos a un rigor neutro. Pero la creación literaria es totalmente personal y uno redacta desde la soledad a modo de exorcismo. Es difícil de explicar lo que uno siente cuando escribe, intentando reinventar el mundo que le rodea. Supongo que cada escritor tendrá una respuesta diferente para esos momentos de creación en solitario.

¿Seguís algún proceso creativo riguroso, o te guiás más por la inspiración del momento?

Es otra pregunta difícil de contestar. En principio puedo asegurar que no manejo métodos sino que, de vez en cuando, surgen ideas que voy manejando hasta llegar a un destino que me resulte claro. El rigor aparece en la elaboración del relato (por lo menos, eso intento), cuidando hasta el último detalle. Otra vez surge el tema de la intensidad, un desarrollo limpio y un final que se cierra sobre la totalidad del texto. Ahora, me parece importante señalar que, desde mi punto de vista, los cuentos no se “explican”. Uno llega a la historia y, a veces, la decodificación analítica resulta inútil porque el texto repercute en la que se ha denominado la inteligencia emocional. Por lo menos es lo que yo experimento cuando leo una obra que me sacude.

¿Se hace muy difícil el publicar un libro en Uruguay, contexto pandémico o no?

Me da la impresión que puede resultar un poco menos dificultoso que años anteriores pero aclaro que es una sensación particular que puede no coincidir con la realidad. Hay nuevas editoras independientes (como Ginkgo, que ha publicado mi libro “Infierno vacío”) que están abriendo camino. Puede ser que la dificultad esté en la distribución y difusión en las librerías donde se debe competir con best sellers que hacen a los horóscopos chinos, las recetas que elaboran cocineros mediáticos u otros textos de supuesta autoayuda, que están muy de moda de un tiempo a esta parte. Claro, una librería es un negocio que debe facturar y depende de la demanda de sus clientes. Pero, afortunadamente, Uruguay es un país lector por excelencia y existe una amplia clientela  que va desde textos que hacen a la historia reciente, pasando por autores de ficción de todas las nacionalidades y -por suerte- creo advertir una interés creciente por los escritores nacionales.

¿Desde cuando estará el libro en las librerías?

El libro ya está en las librerías, lo distribuye Escaramuza y verlo en las estanterías es otra gratificación que experimenta cualquier autor a la hora de finalizar su obra.


 

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Entrevista a Diego «Parker» Fernández https://granizo.uy/2021/08/31/entrevista-a-diego-parker-fernandez/ https://granizo.uy/2021/08/31/entrevista-a-diego-parker-fernandez/#respond Tue, 31 Aug 2021 11:29:21 +0000 https://granizo.uy/?p=899

Por Martín Imer

“Lo primero que quiero es que la gente se divierta”

Este jueves 26 de agosto llegó a las salas de Uruguay La teoría de los vidrios rotos, segundo film del director Diego “Parker” Fernández luego de Rincón de Darwin, estrenada en 2013. La cinta, una co-producción entre Uruguay, Argentina y Brasil cuenta la historia de un perito de una empresa de seguros que llega a un pueblo en donde está ocurriendo algo insólito: un grupo de vándalos va por las calles quemando autos de los vecinos. Estando allí, el protagonista va conociendo a los curiosos habitantes del pueblo, quienes lo rechazan de entrada, y descubriendo que las cosas no son tan fáciles como parecen en el caso. Como la trama, la cinta es bastante insólita, ya que estamos ante una comedia total en donde la caricatura es moneda corriente, sin descuidar cierta mirada crítica al funcionamiento social de los pueblos chicos y las formas de ser de los uruguayos. Con motivo del estreno, pudimos conversar con Fernández, quien nos habló sobre el caso real y sus intenciones a la hora de filmar.

Al principio se nos dice que estamos ante una historia basada en hechos reales, sin embargo es también una historia mínima. ¿Cómo llegaste a conocer este cuento y qué te hizo pensar que podía funcionar en cine?
Como no fue algo que fue sólo una noticia sino que se fue desarrollando durante un tiempo me fue cautivando el ver que iban subiendo las cifras de autos prendidos fuego en Melo y que eso no paraba, entonces dije “Bueno, acá está pasando algo y no es un hecho puntual” y creo que eso también me inspiró a pensar “Bueno, acá puede haber un desarrollo y eso ser una película” que luego pensamos en llevarla más hacia el género — por eso es que también convoqué a Rodolfo Santullo para escribir juntos el guion ya que quería que fuera de género.

Se suele hablar de que en el cine uruguayo hay una cierta “maldición de la segunda película”. ¿Crees en eso? ¿Fue muy difícil hacer esta segunda película para vos?
No sé si una maldición, pero sí es cierto que uno tiene ciertas ventajas (o mismo uno por cómo está en su vida) para hacer una primer película porque puede poner muchas cosas que de repente después ya no podes, así como ya no podes (o no debería) que uno pida favores también porque a veces es normal que uno quiera hacer algo más ambicioso en su segunda película entonces también es más difícil lograrlo; en mi caso si bien es como que la segunda película arrancó muy fuerte en cuanto a temas de fondos, interés y eso se estancó en un momento precisamente por eso, es una película que costó el doble o más del doble que la primera, y también requería la historia otro volumen de producción, entonces fue difícil y sobre todo cuando uno aspira a hacer algo que tenga mayor presupuesto y no mantenerse en lo más low budget y ajustar — por ejemplo, una película de estas no podía hacerse con un presupuesto más acotado: había que quemar autos, había que tener mucha gente, había que poder filmar afuera, entonces esa fue la mayor dificultad cuando en realidad los fondos a los que accedes son los mismos, las posibilidades son las mismas que con una primer película.

¿Fue muy diferente esta producción a la de tu anterior film, “Rincón de Darwin”?
Sí, en dos aspectos. Uno, que la otra era la primera, y evidentemente ya hay como una cuestión de oficio y de tranquilidad y de cosas superadas que en esta segunda ya me sentí mucho más confiado, mucho más seguro; evidentemente ya tenía experiencia de cortos y todo pero es como que la segunda película uno la puede hacer de otra manera, hay muchas cosas que uno ya las vivió, ya las pasó y ya sabe cómo manejarlas. En ese sentido igual Rincón de Darwin fue un proyecto muy lindo de poder hacer, fue un lindo rodaje. una linda película, era la película que yo quería hacer como primer película. Segundo que si bien también era como una comedia, la otra era una comedia dramática, osea, género más fácilmente amable para manejar, y esta requería ese desafío de “Vamos además a hacer una comedia” entonces en ese sentido era muy diferente y creo que también por suerte hubo una alineación de toda la gente que laburó — osea no solo es mía la película, sino que toda la gente que laburó tuvo que alinearse a que esto tenía que ser una comedia y eso hizo que fuera también diferente esta producción.

¿Es difícil hacer una comedia en nuestra filmografía, tan acostumbrada a cintas de corte más dramático?
Debo decir que si, que es la tendencia y eso yo lo tenía claro porque me pasó estando como jurado, que muchas veces leí guiones que eran más comedia de lo que terminaba siendo la película, entonces el desafío (y también por la idiosincrasia de los uruguayos) era decir “Bo, esto tiene que ser una comedia, no comedia dramática sino comedia y punto”. Era una apuesta jugada y eso me obligaba a mí y al equipo a empujar el límite siempre; no pasarnos, pero no quedarnos a medio camino. Creo que también la gente que laburó estaba muy enganchada (lo dije en la pregunta anterior, pero es cierto), mismo no sé, Troncoso estaba feliz de hacer una comedia, y en ese sentido me parece que eso y el entorno, cómo se dio de filmar y todo, permitieron que realmente no se quedara en el camino la intención de que fuera una comedia, porque es cierto, en el estante de comedias son pocas las películas uruguayas que están ahí, sí mucha comedia dramática pero pocas que dicen “Bueno, esto es una comedia” y apuesta a eso, a llegar al público, que no quiere decir que tenga que ser una película boluda, el espectador no es ningún boludo y por eso mismo hacer una comedia que divierta o que pueda hacer sin ser boluda me parece que es un lindo desafío.

¿Cómo afectó a la producción la pandemia, y cómo ves este estreno con estas condiciones?
En nuestro caso por suerte filmamos en noviembre-diciembre del 2019, cuando el mundo aún era sano y feliz, entonces la verdad que al rodaje y todo eso — ninguno nos esperábamos que pasara lo que pasó— entonces hasta ahí fue bárbaro, y luego por suerte gracias a la tecnología se pudo seguir toda la post-producción a distancia, por ejemplo quien hacía el color de la imagen era el mismo fotógrafo de la película, entonces en ese sentido yo estaba muy tranquilo de lo que iba suceder, el sonido era un poco más complicado porque era en Brasil pero la verdad que ta. le pusieron mucho cariño, yo le puse también mucho trabajo, de detalle. de ver y de hablar y de corregir y de enviar las anotaciones, lo mismo con los efectos especiales que hay muchos en la película, en ese sentido igual se pudo hacer, aunque fue una pena por ejemplo no haber podido ir a la mezcla de sonido que eso me hizo sufrir un poco… De todas formas ahora el estreno lo tuvimos que ir aplazando un poco y lo cierto es que no son las condiciones ideales por lo del aforo pero sí me parece que está bueno que sea esta película, una comedia, la que esté siendo el estreno uruguayo de los cines comerciales porque es también como el género que me parece que está bueno que los espectadores hoy en día puedan disfrutar, de ir al cine a reírse un rato, entonces en ese sentido me parece que está bueno salir a dar la batalla de recuperar el público, el hábito por el cine y en especial por el cine uruguayo y con una comedia, eso me entusiasma, poder estar dando esa pelea que de última no es sólo para mí sino para todos los que vienen luego con películas uruguayas.

La película recientemente ganó algunos importantes premios en el Festival de Gramado. ¿Cómo fue el presentarla bajo estas circunstancias? ¿Ves que el panorama de cine latino ha sido muy afectado por el coronavirus?
La verdad que fue un poco una pena porque Gramado es un festival muy cercano, muy amable, nosotros tenemos co-producción con Brasil y en especial con una empresa de Rio Grande do Sul, de hecho entre nosotros y otra película que ellos tenían se llevaron 5 kikitos, premios del Festival de Gramado, y además son los mismos con los que habíamos tenído una película anterior, La mujer del padre, que fuimos a Berlín juntos y era como la oportunidad perfecta para reencontrarnos y disfrutar pero bueno, no pudo ser así que no tiene sentido extrañar algo que no pasó pero igual estuvo buenísimo y festejamos después por zoom. Y sobre el panorama del cine latino, si ha sido muy afectado por el coronavirus, en cierto sentido creo que sí porque los grandes se reponen más rápido y a nosotros, que ya siempre nos cuesta tener pantallas, ponernos a recuperar y ahora a pelear con todas las acumuladas de las majors, que aunque no se diga en general tienen preferencia, bueno la tarea es más difícil todavía para nosotros, aunque por otro lado se han desarrollado otras cosas que son más destinadas a las plataformas de streaming que eso está buenísimo y eso es un cambio que también en cierto punto llegó para quedarse.

¿Tuviste alguna influencia de otros directores a la hora de pensar y filmar la cinta? ¿Le das importancia a las inspiraciones a la hora de crear?
Sí, hay inspiración de otros directores, entre mis favoritos están los hermanos Coen, sin dudas, por la forma como plantean esa cosa un poco existencialista que en mi caso es más hacia el análisis de la conducta humana, esos personajes y ser como bastante jugados y en ciertos planteos de cámaras del director de fotografía con el que ellos han trabajado, Roger Deakins que es un crá. Hay de otros directores y otras películas también. ¿Le doy importancia a esas inspiraciones? Le doy importancia a las inspiraciones y para mí es un trabajo en el sentido de que si voy a hacer una película de género me voy a ver la mayor cantidad posible de películas de esas para ver como otros trataron los temas, cómo resolvieron, de qué manera lo filmaban, osea me parece que es parte del proceso. Me parece que es como escribir una novela, tenes que haber leído a muchos otros escritores para vos también saber cómo escribir la novela a tu manera, pero es bueno nutrirse. Por ejemplo, no sé, hay una parte como de juicio y ahí me vi unas cuantas películas que tenían como específicamente cosas de juicio, entonces eso me parece que es parte del oficio de trabajar y de dirigir una película; por lo menos sobre todo si queres hacer género de una manera interesante, porque no es lo mismo que hacer una película de autor que es más una inspiración artística y pones la cámara donde pintó ese día… Eso es otra cosa que también es válida y me gusta pero en mi caso es más como un trabajo y no de homenajear, hay cosas que de repente yo puedo saber que son un homenaje pero son usadas de forma funcional para la historia que yo quiero contar.

«Rincón…» era una road movie a la uruguaya, y “La teoría de los vidrios rotos” se desarrolla casi en su totalidad en un pueblito. ¿Hay algún motivo particular por el que tus películas no transcurran íntegramente en Montevideo?
Es una muy buena pregunta, no lo había reflexionado demasiado. Quizás tiene que ver con que yo me he sentido un forastero en varias ocasiones por el hecho de haber vivido tres veces en otros países, solo esas tres veces, y también que tengo tres hermanos que viven en otros países entonces quizás eso de ser un forastero es parte que me gusta, me gusta sacar al personaje de su zona de confort; quizás la próxima no sea así pero estas dos salieron así y de hecho en esta es que el forastero que va tiene que interactuar con el pueblo y en la otra eran tres personajes montevideanos que entre ellos tienen que convivir en otro entorno, por lo que ahí me doy cuenta que hay una cierta diferencia pero sí es el salir de viaje o movernos, desplazarnos, lo que generalmente hace que vivamos cosas diferentes y tengamos otros desafíos que son los que a mí me interesa contar.

¿Qué te gustaría que se llevara el espectador luego de ver esta película?
La verdad es que al ser una comedia yo lo primero que quiero es que la gente se divierta, que pase un buen rato, que le queden cosas en la cabeza y de repente se acuerden de algún chiste después, que en lo posible que se ría pero tampoco es una película que esté buscando que estés todo el rato riéndote a las carcajadas, aunque se le pasa volando, y la verdad es que lo que más me gustaría que se llevara la gente es que diga que la pasó re bien y que la recomiende a otros porque ahí es en donde está la verdad, si recomendas una película a otra persona y decís “Bo, anda al cine, usa ese sábado de noche o viernes de noche, gasta la plata, cena”, ver eso para mí realmente es más que suficiente y eso es lo que espero del espectador, que la disfrute y que también reflexione algunas cositas que por ahí se asoman pero sobre todo que se divierta y que pase un buen rato.

 

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Entrevista al equipo de «Historia de otoño» https://granizo.uy/2021/07/27/entrevista-al-equipo-de-historia-de-otono/ https://granizo.uy/2021/07/27/entrevista-al-equipo-de-historia-de-otono/#respond Tue, 27 Jul 2021 11:23:35 +0000 https://granizo.uy/?p=775

“Utilizamos de la realidad lo que ella nos brinda”

En febrero pudimos ver en salas Historias de verano, la primera parte de un conjunto de cintas ideadas por Gabriela Guillermo e Irina Raffo inspiradas por la saga de las cuatro estaciones del cineasta francés Éric Rohmer.

Por Martín Imer

Si el comienzo retrataba, con esforzado intimismo, el despertar sentimental de un grupo de jóvenes en un balneario veraniego, con el juego amoroso y las torpezas habituales, esta continuación, Historia de otoño, mantiene la intimidad pero se enfoca en elementos radicalmente distintos: las protagonistas son adultas, comparten sus recuerdos y tejen una historia de amor desde la madurez, encontrándose en un departamento que lentamente se va despidiendo de cosas y momentos debido a la mudanza de una de ellas, y rodeadas por un Montevideo gris que anuncia lentamente la llegada del invierno. A pesar de la estación, es válido apuntar que estamos ante una película que emana calidez y humanidad, enfocando su mirada hacia una historia mínima y auténtica en donde el amor llega para mitigar la profunda soledad. Con motivo del estreno en salas de la película, pudimos hablar con el equipo detrás de ella: sus directoras, Gabriela Guillermo e Irina Raffo, y sus actrices, Jeannette Sauksteliskis y María Pía López.

En Historias de Verano llegaron a las historias por medio de las anécdotas de los jóvenes protagonistas. ¿Cómo llega esta historia a ustedes?

GG: Tenemos una premisa que es Todas las Historias son historias de amor. Utilizamos de la realidad lo que ella nos brinda: en este caso es el otoño en el Jardín Botánico, una amiga (Jeannette, la protagonista) que se muda, otra amiga que quiere mucho actuar y trabajó como fletera realmente (María Pía). Ambas tienen los colores del otoño en sus pieles, sus cabellos, sus ojos… Un libro que nos inspira… y así va surgiendo el guion, en la intersección entre lo real y lo prefabricado, apenas esbozado por nosotras.

En el material de prensa que acompaña al estreno hay una frase que me quedó en la mente: “Decidimos filmar lo real, utilizando la ficción como medio” ¿Podrían ampliar esa idea?

GG : Es una frase que citamos del maestro André S. Labarthe, “utilizar la ficción como medio y no como fin”, con el objetivo de “dejar ver” o intentar “dejar ver” lo real, la verdad de los seres y las cosas tal como son. Una mudanza, el sentimiento que ella genera, las hojas que caen y desnudan los árboles, los objetos que despojan una casa… La ficción: construir un vínculo afectivo entre estas dos mujeres.

Teniendo en cuenta ese proceso creativo, ¿tiene más importancia el guion o la improvisación?

GG: Mucho más lo que surge, el acontecimiento, el milagro… siempre. Es que para nosotras no tiene sentido registrar un mundo prefabricado por el/la artista, seguimos la premisa de Rohmer, nuestro maestro inspirador de las historias de estaciones, y nuestra intención es ser lo más respetuosas de la realidad posible, dejar ver el mundo, las cosas y los seres tal cual son.

Hay un paralelismo psicocósmico, muy literario, que rodea todo el apartado visual de la cinta. ¿Cómo fue esa búsqueda para lograr una imagen que verdaderamente refleje lo otoñal? ¿Ayudó el ser filmada en Montevideo, a diferencia de Playa Verde?

IR: El otoño en Montevideo es particularmente nostálgico. La ciudad tiene en sí misma algo otoñal, es decir, una impronta de mudanza, de algo que se pierde, de un esplendor que ya es pasado. El jardín botánico particularmente es un espacio donde los cambios de estación se registran de forma más evidente y pueden reflejar de forma más directa los cambios emocionales y afectivos de las personas. La naturaleza tiene la capacidad de espejar los sentimientos. El paisaje es una construcción emocional. Como destaca Cheng en su libro de las 5 meditaciones sobre la belleza, en la pintura oriental, la figura humana está en diálogo con el paisaje, se establece una conversación. En nuestra historia de otoño buscamos establecer un lugar para ese encuentro, ofrecer un espacio de diálogo entre el paisaje y las protagonistas de la película.

Siguiendo con la literatura, durante el metraje aparece el libro “Cinco meditaciones sobre la belleza”. ¿Qué rol jugó en la creación de la cinta?

GG: Son cinco meditaciones de François Cheng que guían los cinco encuentros:

1 – Mientras el hombre se convierte en el interior del paisaje, éste se convierte en el paisaje interior del hombre.

2 – Cada experiencia de belleza, tan breve en el tiempo y sin embargo transcendiéndolo, nos restituye cada vez la frescura del albor del mundo.

3 – En el amor, como en la belleza, toda verdadera mirada es una mirada cruzada.

4 – En la consciencia en cuestión, confundidas la nostalgia y la esperanza, cada experiencia de belleza recuerda un paraíso perdido y llama un paraíso prometido.

5 – La unicidad de los seres, al transformar los seres en presencia, posibilita la belleza.

Un enorme plus con el que se logra el realismo en la película es la química entre las dos actrices. ¿Se conocían ya? ¿Cómo fue para ellas el enfrentarse a la producción de un largometraje?

Jeanne S.: Con María Pía tenemos muchas cosas en común. Para empezar, ambas nacimos en Montevideo y pertenecemos a una misma generación. En mi caso, hace 50 años que vivo en esta ciudad por lo que es natural haber llegado a dar con las personas que hacen y sienten de manera afín, gente que le gusta la música, gente que le tocó atravesar la década del 80 en Montevideo, gente que maneja rápido y seguro. Conocerse de otros ámbitos poco tiene que ver con el hecho de quedar, de repente, solas y juntxs ante la cámara creando y desarrollando un vínculo nuevo que finalmente resulta entrañable. Creo que es el resultado de haber abordado el trabajo con mucho cariño, respeto y con una enorme generosidad. Enfrentar la producción del largometraje tuvo sus exigencias. Las películas y la vida misma suelen ser exigentes. En lo personal la mayor exigencia estuvo vinculada al plano afectivo. Creo que cualquiera de las personas involucradas en este proyecto estamos familiarizadas con lidiar con exigencias y dificultades y también con saber esperar el momento de concluir y contemplar el trabajo hecho con mucho placer y alegría.

MP: Las secuencias en que conectamos Jeanne y yo… La ciudad. La noche, el día. La música (se activa la memoria en un concierto de Tres Pecados), los amigos en común, los bares, discusiones, risas, alguna que otra confesión… Siempre vi en ella una delicada periodista, capturadora de otras esencias. Se ruboriza ella. Lo que sucede en la película fue absolutamente en tiempo real. Estoy hablando de nosotras en esta vibración tanto en la vida como en el rodaje. Fue intenso el laburo. Yo que soy una persona pulcra, en el sentido de la ducha diaria, etc, entre en un modo de agotamiento y falta de cuidado personal. Raro. Salía de casa atándome el pelo con lo primero que encontraba, mal dormida, arrancaba el auto y en ese plan entraba en la casa de Jeanne. Creo que en el rodaje estábamos todos atravesando un otoño gélido y que no se presentaba fácil. El placer ahora de haberlo hecho. Y la curiosidad que aún es gigante.

Más allá del panorama comercial, últimamente más cambiante que nunca, en esta segunda oportunidad también se apuesta por las salas de cine. ¿Alguna vez consideraron estrenarla en streaming o siempre fue fija la idea del estreno en pantalla grande?

GG: No tiene comparación ver estas películas en la pantalla de CINE. Por eso esperamos a que los cines reabrieran ya que el estreno de Otoño estaba previsto para el 27 de mayo pasado, y suspendimos todo hasta la reapertura de las salas. Por eso estrenamos Otoño en invierno, cuando la intención era presentar cada historia en la estación correspondiente. Con Historia de Otoño no lo logramos debido a  la pandemia. La belleza de las imágenes de estas películas solo se puede apreciar en una pantalla de cine. El sonido también.

En la anterior entrevista que realizamos, comentaron que Historia de primavera, la última de las cuatro cintas, estaba en proceso de escritura. ¿En qué etapa está ahora, y cuándo podremos ver “Historia de invierno”?

GG: Historia de invierno se verá en el invierno 2022 en el marco de una retrospectiva del cineasta francés André S. Labarthe (ASL) que estamos organizando con la Cinemateca Uruguaya y la Embajada de Francia en la región (Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay), ya que Historia de Invierno es una elegía cinematográfica en homenaje al maestro ASL. Historia de Primavera esperamos poder estrenarla en la primavera de 2022. Hemos avanzado en la escritura de guion, nos estamos presentando a fondos y la idea es filmarla esta primavera 2021 en Montevideo y continuar el rodaje en la primavera de 2022 en Venecia.

También en la anterior entrevista hice una pregunta que me gustaría volver a repetir, ya que seguramente las respuestas sean muy distintas: ¿Qué les gustaría que el público se llevase del cine luego de ver el film?

GG: El corazón colmado de destellos.

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“Nomadland»: cima de la sensibilidad https://granizo.uy/2021/07/18/nomadland-cima-de-la-sensibilidad/ https://granizo.uy/2021/07/18/nomadland-cima-de-la-sensibilidad/#respond Sun, 18 Jul 2021 14:44:30 +0000 https://granizo.uy/?p=757

Escribe Martín Imer

Chloé Zhao es una directora joven, que hasta ahora ha mostrado una saludable consistencia en su forma de acercarse al cine, algo que lamentablemente no veremos más, a menos en un futuro cercano.

Chloé Zhao es una directora joven, que hasta ahora ha mostrado una saludable consistencia en su forma de acercarse al cine — algo que lamentablemente no veremos más, a menos en un futuro cercano, luego de ver que sus próximos proyectos incluyen lo nuevo de Marvel (The ethernals) y algunas otras cosas más para estudios, incluyendo una suerte de western con Drácula como protagonista. De todas formas, en sus primeras tres películas hay un enfoque a una realidad mayor desde un punto de vista extremadamente mínimo, con el fin de alejarse de la problemática en sí para hablar desde el interior de quien la sufre. En la primera, Songs my brothers taught me, era el claro distanciamiento social de los jóvenes indígenas en Estados Unidos y la estructura interna – y muchas veces cruel – de sus reservas, mostrando a un chico que, como estaba la situación ahí, tenía nulas chances de sobrevivir tanto en ese mundo como en el exterior. Luego, en The rider, notable película, se veía la enorme diferencia cultural dentro del país al seguir a un muchacho cuya vida social y laboral únicamente giraba en torno al rodeo, y cómo sus opciones se agotaban al volverse incapaz de formar parte de ese mundo de nuevo. Ahora, en Nomadland, reciente ganadora del Oscar a Mejor película y de estreno este fin de semana en salas comerciales, el foco vuelve a estar en los marginados, pero esta vez desde otro lugar: en las anteriores eran jóvenes, podían ilusionarse (junto con el espectador) con la idea de un futuro mejor, de mayores oportunidades, de un pueblo que se vende así.

En esta oportunidad, sin embargo, todos los protagonistas son mayores, con una vida que generalmente ya se considera hecha, quienes son llevados a una vida de nomadismo moderno, viviendo de empleos ocasionales en los lugares por donde van y desarrollando una vida social a partir de una comunidad de personas en la misma situación, muchos llevados a ese lugar por la desesperación producida por el último golpe económico que sufrió EE.UU. Seguimos a Fern, una mujer que lleva su vida entera en una camioneta con la que recorre todo el país, encontrando distintos amigos durante su viaje y también intentando escapar de su vida pasada, del dolor por la muerte de su esposo, y en la búsqueda de algún trabajo ocasional que le permita seguir viviendo. Mientras la acompañamos, se revela la extensión de una comunidad en constante crecimiento y que vive bajo sus propias reglas, un mundo aparte dentro de un mismo territorio.

La consistencia que mencionaba anteriormente no está únicamente en los temas, sino también en las formas: la cámara está siempre cerca de los personajes, recorriendo el camino junto a ellos, y la puesta en escena adquiere un tono intimista y observacional, esquivando los esquemas narrativos tradicionales para centrarse en el desarrollo natural de las vidas de los seres que enfoca, a los cuales aparte los dota de dignidad y empatía. Aquí no hay disecciones crudas, no hay giros de tuerca, y la historia se puede resumir en las pocas líneas del párrafo anterior, pero Zhao es una cineasta comprometida no tanto con los conflictos sociales sino con los afectados, una directora que confía en el poder de lo que tiene para decir y lleva al público por la complejidad del mundo interior de sus protagonistas, encontrando así momentos muy genuinos de auténtica emoción, humor, sorpresa, alegrías y amarguras; un mosaico de vivencias tan genuino y humanista que va adquiriendo un peso propio, sostenido además por extractos en donde la belleza de la fotografía y la delicadeza de la música se fusionan para dar paso a una poesía visual que refina el resultado aunque no le otorga ninguna pretensión que la aleje de sus intereses primordiales.

Esa exploración de los sentimientos y la intimidad de su protagonista no quita que la película no contenga también un fuerte mensaje político, aunque a diferencia de otras películas con similares intenciones Nomadland no aboga tanto por el cambio sino más bien por el reconocimiento de esta realidad, de la cual nadie se hace cargo: los accionistas esperan que los demás vuelvan a confiar en ellos, el gobierno no ha hecho nada por frenar o al menos hacer que los empresarios combinen la industrialización con el trabajo humano (sobre eso, es válido ver el documental American factory, en donde se muestra una preocupante situación de industrialización masiva que parece tener un final funesto para las esperanzas de los trabajadores) y los nómadas tienen cada vez mayor dificultad para seguirle el ritmo a un círculo capitalista cada vez más acelerado, ya que a pesar de tener esa comunidad y una cultura de ruta cada vez más asentada las posibilidades de trabajo escasean, lo que pone en jaque a esta suerte de comunidad si quedan cortos de dinero y su coche/casa se rompe. ¿Puede sobrevivir un sector social creado a partir de la necesidad y alimentándose de lo poco que le deja el resto del país, especialmente si cada vez más gente se une a él?

Zhao no tiene respuestas, y tampoco le interesa crear alguna solución fácil. Lo que pretende es mostrar una realidad, y lo logra. Se vale de una interesante combinación entre ficción y documental, con verdaderos nómades (que además surgen como auténticas revelaciones actorales) e intérpretes consagrados, siendo la gran carta de la directora el compromiso total de Frances McDormand, que aquí da un ejemplo de temeridad. Nomadland se vive al costado y junto a su personaje, Fern, y la actriz se entrega a cada pedido de la realizadora con valentía y talento, logrando una creación de imponente naturalidad y magnetismo, llegando a un nivel de introspección sorprendente en donde el espectador debe prestar constante atención: en un gesto facial, en una forma de moverse o en una entonación vocal se esconde la clave para entenderla, para saber lo que siente y lo que sufre. Ella es el centro emocional y el hilo narrativo que une todo el resultado global, y sale airosa del desafío, como nos tiene acostumbrados. Una película social y profundamente emocional, delicada, con un exquisito aire neorrealista y una preocupación genuina por seguir mostrando lo que oculta la fachada del sueño americano.

NOMADLAND (2020, EE.UU/Alemania) Guion, dirección y montaje: Chloé Zhao. Música: Ludovico Einaudi. Fotografía: Joshua James Richards. Con Frances McDormand, David Stathairn, Linda May, Bob Wells, Patricia Grier.

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“Ten cuidado a quién llamas” https://granizo.uy/2021/02/09/el-terror-se-adapta-a-la-nueva-epoca-en-ten-cuidado-a-quien-llamas/ https://granizo.uy/2021/02/09/el-terror-se-adapta-a-la-nueva-epoca-en-ten-cuidado-a-quien-llamas/#respond Tue, 09 Feb 2021 03:38:25 +0000 https://granizo.uy/?p=71

El terror se adapta a la nueva época en
“Ten cuidado a quién llamas” Por Martín Imer

Ni las propuestas más retorcidas de terror de los últimos años pudieron acercarse a lo que ha sido el 2020, un año que ha marcado un antes y un después para el mundo entero gracias a la pandemia por el COVID-19. La reacción ante el virus ha pasado por muchas facetas, desde un inicial miedo extremo de la población hasta un actual agotamiento que seguramente fue el motivo por el que el coronavirus ha recrudecido a nivel global. Lo que sí se ha mantenido en estos meses fue la certeza de que definitivamente algo había cambiado en nuestro relacionamiento social, comenzando a ser totalmente necesario el uso de diversas aplicaciones para poder mantener nuestras costumbres o rutinas bajo cierto sentido de normalidad. Una de esas apps que despegó en popularidad durante el confinamiento es Zoom, un programa que permite realizar reuniones virtuales entre muchos integrantes y ha servido tanto para particulares como para empresas y lugares de estudio, lo que dio lugar a muchas alegrías pero también amargas sorpresas. Ninguna como la que tienen las protagonistas de Ten cuidado a quien llamas, que por supuesto nos llega por alquiler digital.

La premisa es muy simple: gracias a la pandemia, un grupo de amigos deciden reunirse por medio de la mencionada aplicación para no perder la costumbre de pasar tiempo juntos. Sin embargo, para esa reunión deciden probar algo distinto y se ponen en contacto con una médium que también trabaja por Zoom, con la intención de contactarse con algún espíritu. Las cosas no parecen cambiar mucho hasta que una de las integrantes afirma estar hablando con un fantasma que se suicidó hace mucho tiempo, aunque eventualmente revela que se trataba de una broma pesada. Lo que no es broma es lo que ocurre luego, cuando todas comienzan a experimentar algunas situaciones extrañas, sentir cosas que se mueven por sus respectivas casas e interferencias en la llamada. Tal vez verdaderamente lograron contactarse con un espíritu… y no parece ser amistoso.

Podrá pensarse que es una cinta oportunista, que aprovecha el éxito de Zoom para crear algo a las apuradas y además ganar puntos con la cercanía del tema, pero – incluso aunque así lo sea – es innegable que estamos ante un producto que utiliza esos ingredientes de forma muy ingeniosa, jugando con el terror clásico (cine de fantasmas) y también con el miedo latente ante la actual situación, la incertidumbre que aún no nos deja descansar, reflejando en sus personajes esa angustia y la necesidad de una distracción sea cual sea. Ten cuidado a quién llamas, cuya duración es de menos de una hora, no pierde el tiempo con introducciones o subtramas para que nos interesemos por el conflicto central sino que va directamente a ello y logra atrapar gracias a la credibilidad que aporta el efectivo elenco, la sencillez de la propuesta y la habilidad para generar sustos con elementos mínimos, maximizados por la acertada decisión de asumir que el espectador sabe al menos cómo funciona la tecnología que ve en pantalla, a diferencia de otras producciones que “vemos desde una pantalla” y trataban de explicarlo absolutamente todo como la fallida Eliminar amigo o la ingeniosa Buscando…

Lo más curioso de esta insólita cinta es que más allá de la sencillez su eficacia e imaginación la hacen sin duda uno de los mejores ejemplares de terror del panorama actual, tal vez justamente por saber exprimir al máximo sus herramientas y no pretender hacer ningún tipo de reinvención al género. Es cierto que en los últimos años han existido producciones más pretenciosas y que han aportado cosas valiosas, pero aquí el hallazgo viene de lo más básico: sustos constantes, tensión en aumento y un enfoque visceral que en el fondo nos acerca nuevamente a los miedos más tradicionales. Cine salido de la rapidez pero muy bien pensado, algo que ojalá todos los que seguramente sigan este camino puedan igualar.

TEN CUIDADO A QUIÉN LLAMAS (Host, 2020, Reino Unido) Dirección: Rob Savage. Guion: Gemma Hurley, Rob Savage, Jed Shepherd. Montaje: Brenna Rangott. Con Haley Bishop, Jemma Moore, Emma Louise Webb, Caroline Ward, Alan Emrys, Radina Drandova.

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