Tanguedia https://granizo.uy Wed, 11 Aug 2021 11:23:20 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5 https://granizo.uy/wp-content/uploads/2021/02/cropped-35479380_2119724648259311_9137196494472871936_n-32x32.jpg Tanguedia https://granizo.uy 32 32 194878474 Informe sobre Federico Pereiro https://granizo.uy/2021/08/11/informe-sobre-federico-pereiro/ https://granizo.uy/2021/08/11/informe-sobre-federico-pereiro/#respond Wed, 11 Aug 2021 11:16:17 +0000 https://granizo.uy/?p=826

Escribe Ramón González

Nacido en Formosa, el 31 de marzo de 1980, comienza los estudios de bandoneón con su padre, el maestro Julio Pereiro y luego estudia música con los maestros Lito Valle y Diego Schissi. Ha realizado actuaciones como solista junto a los más importantes artistas del tango

Ha estado vinculado muy de cerca con maestros tales como Emilio Balcarce, Atilio Stampone, José Colangelo, Osvaldo Berlingeri, Raúl Garello, Juan Carlos Cuacci, Osvaldo Piro, Néstor Marconi, José Libertela, Mauricio Marccelli; participando también en agrupaciones dirigidas por los maestros Víctor Lavallén, Fernando Suárez Paz, Walter Ríos y Leopoldo Federico; en la orquesta de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto” y “Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce”. Acompañó con diferentes agrupaciones a destacadas voces del tango: Guillermo Fernández, Hugo Marcel, Amelita Baltar, Ariel Ardit, Esteban Riera, Marcelo Tomassi, Sandra Luna, Raúl Lavie, Susana Rinaldi, Fernando Soler, Lidia Borda, Alberto Podestá… Ha actuado en conjuntos como Vale Tango, Octango, El desquite, Neotango, como solista del espectáculo “La cruz del sur”, Tango x 2, (realizando giras por Europa, Asia y EEUU), Solo Tango El Show, Esquina Carlos Gardel, el nuevo Quinteto Real, “Orquesta Homenaje a Aníbal Troilo”. Realizó grabaciones con los grupos nombrados y con la Orquesta Escuela Emilio Balcarce, Raúl Garello, Sonia Posetti, Víctor Lavallén, Erica Di Salvo, “Orquesta Tango Vía”, Ramiro Gallo, Juan Francisco Giacobbe. Integrante de a la “Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires. En el 2009, al frente de su agrupación realiza su primer trabajo discográfico como director contando con la participación de artistas invitados como los maestros: Raúl Garello, Néstor Marconi, Víctor Lavallén, Emilio Balcarce, Andrés Linetsky y Ramiro Gallo.

Cuando vino a Buenos Aires por primera vez sólo tenía 10 años. Era para hacer una prueba en “Grandes Valores del Tango”. Conoció a importantes maestros (Julio Pane, Leopoldo Federico, Daniel Lomuto y otros), junto a los cuales, más adelante, tuvo la oportunidad de actuar. 

A los 13 o 14 años ya participaba junto a su padre en peñas de tango y actividades que se desarrollaban en Formosa y en el interior de la Provincia (él recuerda con claridad una localidad llamada El Colorado próxima al Río Bermejo, y un club denominado “El Argentino” pero, no puede precisar de donde era ese club).   “El tango llega a mí desde siempre, desde que nací, la música estaba muy presente en mi casa y si bien se escuchaba de todo lo que predominaba era el tango y la verdad es que siempre me gustó”.

Cuando era muy pequeño usaba el bandoneón como juguete y su padre se encargó de familiarizarlo con el instrumento. A medida que iba creciendo se lo colocaba sobre las rodillas para que él apretara el teclado, escuchara el sonido y jugaran a que tocaban juntos. Un día le preguntó si quería estudiar…Y así empezó todo… “Desde muy chico sabía que quería ser bandoneonista, estaba completamente decidido y al   terminar el secundario me vine a Buenos Aires.

Pereiro reconoce sus influencias, piensa que las mismas surgen de todo lo que escuchaba y escucha, además de los bandoneonistas que admira: Néstor Marconi, Leopoldo Federico, Julio Pane. “Creo que de ahí viene lo que soy y quiero ser”.

Se siente feliz de su participación en la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires, la que el veía cuando chico junto a su padre y admiraba a músicos como Pane o Raúl Garello y de haber tocado junto a Leopoldo Federico. “Esas cosas son impagables como músico”.

Cuando viajó por primera vez a Japón tenía 17 años, fue con el conjunto de Carlos Buono. Luego viajó a Europa integrando varias agrupaciones y tuvo oportunidad de tocar en muchos países de este continente Cuenta que cada gira con diferente formación le ha dejado algo, tanto musicalmente como en el aspecto humano y sobre todo experiencia.

En una entrevista realizada por Juanjo Minatel, director de la revista “Rosas de Otoño” de la Asociación Ángel Villoldo de Concepción del Uruguay provincia de Entre Ríos, Argentina, el periodista le pregunta:

¿Qué se siente ser solista de una orquesta importante?

P. -Por suerte tuve muchas veces que hacer ese papel y la verdad que es muy bueno, es mucha la responsabilidad, como por ejemplo con la Orquesta Filiberto o la Orquesta del Tango que son formaciones de 40 músicos.  Son momentos únicos donde se mezclan muchas sensaciones, inexplicables pero excelentes.

 Seguramente de los tiempos de tu niñez, o de tu adolescencia. O por qué no, de tu época de artista ya consagrado, tendrás algún hecho anecdótico para compartir con los lectores. ¿Puede ser?

P. ¡Sí! Tengo muchos. Por ejemplo, te puedo contar que la primera vez que toqué con Leopoldo Federico en Viejo Almacén tenía 17 años y, la verdad, es que estaba muy nervioso, tan nervioso que no me podía sentar. No solo por los nervios, además por el dolor de cintura que tenía. Después me dí cuenta que son cosas normales en esta profesión… Y como esa tengo varias, pero afortunadamente todas con buen final.

Llega al disco con un conjunto a su nombre

Dueño de una larga y profusa trayectoria, Federico Pereiro graba su primer disco en el año 2009 pero, sale al mercado tres años después. El álbum se titula «Referentes» y precisamente se rodea de varios referentes tangueros para la grabación.

En el disco, Pereiro muestra versatilidad como instrumentista que ha participado en diversas formaciones, desde la más orquestal de Amanecer ciudadano hasta el trío de Amurado o Fogo (con Pablo Astigarribia en piano y Patricio Costella en contrabajo); incluso en soledad en el cierre teñido de melancolía de Sólo pronuncio tu nombre. En los arreglos, se destaca en una magnifica versión de Los mareados, con la que logra una sensible alternancia de lamento y picardía, pero en la mayor parte del disco deja esta tarea en manos de los invitados.

La selección de repertorio es bastante moderna, aunque se cuele por allí algún título trillado, (vuelvo a destacar el magnífico solo de bandoneón, por su peso sentimental, por ser la obra que cierra el disco y porque permite apreciar plenamente la técnica del ejecutante de Sólo pronuncio tu nombre, de la autoría de Julio Pereiro y Federico Gandini).

Pereiro invita a maestros del bandoneón en su primer disco: Víctor Lavallén (con quien recrea su Amanecer ciudadano), Raúl Garello (de quien aparece 16 Rue Descartes) y Néstor Marconi (que aporta sus obras L’Atelier y Tiempo cumplido), Carlos Corrales (que propone Rosa de tango).  Pero también hay otros invitados: Emilio Balcarce (con quien toca su Si sos brujo), Ramiro Gallo que participa con su título El Sur, Andrés  Linetzky con Fogo. También hay invitados como instrumentistas tal el caso de Patricio Villarejo y Roberto Segret en violoncello.

¿Cómo se originó el CD “Referentes” y por qué la demora en su lanzamiento?

Pereiro responde a esta pregunta: Se gestó cuando tuve ganas de formar un grupo y decidí que fuera un trío. Y comencé a pensar que sonoridad quería darle. Empecé a escribir algunos arreglos y ahí se me ocurrió grabar un disco.  Y me demoré en presentarlo debido a que tuve en el medio muchos compromisos.

Su pensamiento respecto al tango

El tango necesita permanente difusión. Agradezco a quienes lo difunden y trabajan por y para el tango y sobre todo por nuestra cultura. Les agradezco que difundan, como en mi caso,  que hay gente joven haciendo tango, porque el tango no es cosa de viejos como algunos creen. Hoy hay en el país muchos músicos muy jóvenes que hacen tango, lo mismo que compositores, instrumentistas, cantantes,  etc., que quieren que esto siga, se agrande, y se lo toman muy en serio. Ojalá cada vez haya más gente que difunda el tango, que les interese nuestra cultura.

Sus proyectos inmediatos

Seguir trabajando seriamente, como hasta ahora y, poco a poco ir pensando en un nuevo CD.

Fuentes: Clarín de  19 de diciembre de 2012. // Revista Rosas de otoño, Nº 134/12 (publicada en la página “Argentina es tango” // Apuntes propios.

 

 

 

 

Tanguedia es una publicación cultural de Tango y Ciudad del Río de la Plata / Segunda época.

]]>
https://granizo.uy/2021/08/11/informe-sobre-federico-pereiro/feed/ 0 826
Abel Fleury, una guitarra inolvidable https://granizo.uy/2021/06/17/abel-fleuy-una-guitarra-inolvidable/ https://granizo.uy/2021/06/17/abel-fleuy-una-guitarra-inolvidable/#respond Thu, 17 Jun 2021 11:04:59 +0000 https://granizo.uy/?p=679

Por Hugo Indart

Para ubicarlo en el tiempo y en el espacio, recordemos que Abel Fleury nació en Dolores, en la provincia de Buenos Aires, el 5 de abril de 1903 y murió en Buenos Aires el 9 de agosto de 1958.

El mundo de la guitarra es de una inmensa riqueza. Ese instrumento, que de inmediato sugiere un ámbito intimista y genera la idea de un profundo y confidente diálogo entre él y quien lo pulsa, tiene, sin embargo, alcances insospechados. Además de ser “el atormentado madero que me acompaña” –como decía Osiris, el amigo entrañable de quien estimula sus cuerdas, es un instrumento de enormes posibilidades; quienes han llegado a conocerlo en profundidad lo han definido como una orquesta en miniatura, tal como lo demuestra la riquísima y variada paleta de sus timbres.

Por lo tanto, esa “pequeña orquesta”, para alcanzar su plenitud, exige un verdadero talento de quien la abraza. Hoy, la evocación nos lleva al encuentro de una de esas muestras de genialidad, un nombre mayúsculo, responsable de dejar, para la historia, una guitarra inolvidable:

                                                                                                     Abel Fleury  

De su vida

Para ubicarlo en el tiempo y en el espacio, recordemos que Abel Fleury nació en Dolores, en la provincia de Buenos Aires, el 5 de abril de 1903 y murió en Buenos Aires el 9 de agosto de 1958.

Un hogar humilde –su madre, Juana Peón era de oficio planchadora, y su padre, Eduardo Fleury, panadero– fue su respaldo primero para el respeto y la orientación ante su vocación. Se cuenta que, de niño, quedó cautivado cuando un día, de manera casual, escuchó por primera vez una guitarra, y, cuando pudo acceder al instrumento, fue su madre quien le indicó los primeros pasos por medio de acordes y arpegios de milonga y estilo; sin saberlo, se estaban poniendo los cimientos de lo que sería la columna vertebral de la obra de este músico, puesto que –no obstante abordar exitosamente otros géneros– todo aquello popular, y especialmente de raíz folklórica, fue el signo –o más propiamente el sino– de su creación.  

Con todo aquello a lo que podía echar mano, el naciente guitarrista fue sumando conocimientos técnicos a su natural capacidad, y, en sus años mozos, comenzó a presentarse en público realizando, incluso, alguna gira artística por el interior de la Provincia, hasta que, a comienzos de la década del ´30, llegó a Buenos Aires, con el desafío que significaba la capital pero, también, con el rico mundo de posibilidades que se le abría.

La escena teatral contó con el aporte de su música. El siempre recordado recitador criollo Fernando Ochoa le propuso el respaldo de su guitarra para el clima que los textos exigían. Esta integración a los espectáculos teatrales lo va a marcar en su carrera, puesto que, no solo se repetirá, sino que lo llevará a concretar propuestas con aquel formato de fin de fiesta, tan común en la época y al que estamos acostumbrados a la hora de historiar el tango.

Paralelamente, se van dando otras definiciones en su vida artística. Se suceden las presentaciones como solista y organiza, además, el llamativo formato de conjuntos de guitarras, integrados por muchos instrumentistas; los llamados escuadrones de guitarras.

Es importante tener claro que, en su condición de solista, abordaba, frecuentemente, temas altamente representativos del clasicismo en el género. Así, y evocando autores, encontramos la presencia de creadores que marcaron la historia del instrumento –frecuentes en el repertorio de figuras de la talla de Andrés Segovia–, como son, entre otros, Fernando Sor o Francisco Tárrega –máximos representantes de la escuela guitarrística en el mundo–, o el genial brasileño Héctor Villa Lobos, así como las transcripciones de verdaderas cumbres en la historia de la música, como Mozart, Bach o Albéniz. Es evidente que la capacidad de Fleury le permitía abordar la música, a este nivel, con toda solvencia.

En el desarrollo de su carrera varios países de América recibieron al guitarrista, disfrutando de su arte, así como diferentes centros europeos.

De sus dos uniones sentimentales nacieron cuatro hijos; con su primera esposa tuvieron –única hija– a Zulema, quien también fue la única descendiente que siguió el mismo camino artístico de su padre, y fue quien resolvió donar al museo de Dolores la guitarra de Abel.

Su legado

Su obra –como creador y como ejecutante– es una de las más firmes demostraciones de que la música es una sola, y se entra en un terreno difícil cuando se intenta definir los perfiles que diferencian lo popular de lo académico, culto o clásico.

Precisamente su formación académica le permite –entre otras cosas– escribir (sí, subrayamos el concepto) aquello que surge de su inspiración, haciendo posible que cualquier guitarrista –siempre que sepa leer una partitura– pueda interpretar la obra tal como la pensó el autor. Ponemos el acento en este aspecto porque, en el llamado campo popular, es común encontrar la ejecución de esos creadores intuitivos, que nos hacen escuchar algún tema conmovedor pero que, si no queda escrito, lleva a cualquier otro intérprete que intente abordarlo, a una visión exclusivamente personal, que puede ser muy valiosa, pero que puede perder respecto a la autenticidad de la intención que quiso trasmitir el autor. La propuesta personal de cada intérprete es una realidad, se ha dicho que siempre es una re-creación, pero lo deseable es que parta de un conocimiento exacto de lo que pensó el autor.

Fleury, afortunadamente, escribió todas esas piezas que el paso del tiempo ha reafirmado como verdaderas joyas; así se han convertido, también, en material de estudio para las escuelas de guitarra.

Dentro de su producción hay un título que tiene mucho que ver con esto que estamos comentando y con el hecho de que su figura sea recordada en ámbitos tangueros. Hay una milonga (la preferida de quien esto escribe) que se llama Milongueo del ayer. Por supuesto que está escrita, cualquier guitarrista puede acceder a la partitura, pero con un valor agregado; Fleury escribió, también, la segunda guitarra, estableciendo así un complemento tan perfecto de la primera que aumenta la belleza de la pieza en sí.

Y ya está dicha la palabra: milonga. Aquí aparece uno de los nexos entre este artista y el mundo del tango. Todos sabemos el protagonismo de este ritmo en la historia de la música rioplatense; está en la esencia misma del género y vive toda su gesta. Aún a riesgo de una actitud reiterativa, es imposible evitar la evocación de aquella imagen de Zitarrosa en su “Milonga madre”; sé que una tarde en un tango te pude oír, tarareándolo”.

Entre las milongas memorables de Fleury, podemos pensar en Te vas milonga, A flor de llanto, Ausencia,  o De sobrepaso.

Pero antes de poner la mirada en otros de sus temas, y ya que estamos hablando de tango, recordemos que una de sus formaciones contó con la participación de Sebastián Piana y Pedro Maffia. También pasaron, por sus agrupaciones instrumentales, figuras como Julio Vivas –el guitarrista de Gardel– y nada menos que Roberto Grela, quien se ha encargado, en diferentes reportajes, de manifestar su admiración por ese verdadero Maestro, a quien le debe todo lo que sabe. También supo estar a su lado Ubaldo De Lío.

Otro perfil propio del guitarrista que, enraizado en el sentir popular, maneja conocimientos académicos, es la posibilidad de realizar arreglos para el instrumento, transcripciones de piezas que originariamente son concebidas para otros instrumentos y que pasan, entonces, a poder ser ejecutadas en la guitarra. Una muestra formidable de esto es el arreglo de Fleury del tango de Fernán Silva Valdés y Juan de Dios Filiberto “Clavel del aire”.

Dentro de su obra, y pensando en otros ritmos, cabe destacar la presencia del estilo, forma musical muy frecuentada por Gardel en sus comienzos. Uno de los más hermosos, de gran riqueza en su estructura, es el Estilo pampeano. La partitura está dedicada a Fernando Ochoa, en clara muestra de reconocimiento y gratitud por el respaldo brindado en sus comienzos.

Otra verdadera perlita es El tostao, estilo que alude al caballo de ese pelaje y que en el comienzo –en tiempo de milonga, como indica la partitura– evoca claramente el trote del animal; la parte de aire lento luce una profunda belleza melódica.

En su obra hay danzas, como La firmeza o El cuando; un hermosísimo pericón llamado Pájaros en el monte; un malambo de gran fuerza llamado Mudanzas, entre otras formas musicales; y sus partituras tienen el sello personal de una dedicatoria (no es solo en el caso del Estilo pampeano). Es así que, cuando abrimos la página de su Cifra, nos emocionamos al ver que está dedicada al gran guitarrista compatriota Julio Martínez Oyanguren. 

El recuerdo de Martínez Oyanguren nos hace pensar en la excelencia de la escuela guitarrística uruguaya. Dentro de ella hay un nombre que cuenta con la mayor admiración, que genera un inusual reconocimiento mundial: Abel Carlevaro.

Esta primera figura de la guitarra uruguaya grabó, en el año 1965, y con el seudónimo de Vicente Vallejos, un disco (el entrañable vinilo) llamado “La guitarra de oro del folklore”. Entre otros autores, Carlevaro se dedica a Fleury, y deja registrados cinco de sus temas: Milongueo del ayer, Estilo pampeano, El tostao, De sobrepaso y Preludio criollo. Demás está decir el nivel de excelencia de estas interpretaciones, pero es oportuno destacar el hecho de que, al igual que Fleury, con Carlevaro también estamos ante un artista que complica la famosa división entre “clásico” y “popular”. Una breve frase en la contratapa del disco hace puntería en este asunto. “…se hacía necesario romper con la división tan marcada entre el folklore y lo que suelen titular “clásico”. Un pecado por desconocimiento.”  

Otro vinilo siempre presente, editado en el año 1972, llamado “Guitarras en el tiempo”, une al autor e intérprete Abel Fleury con otro gigante del mundo guitarrístico: Atahualpa Yupanqui. En una cara del disco hay seis interpretaciones de Atahualpa y en la otra faz seis composiciones de Fleury interpretadas por él mismo; Pájaros en el monte, Sobretarde, Ausencia, Vidalita, Estilo pampeano y Mudanzas. Imperdible.

Y ya que hemos evocado a Atahualpa, vamos a despedirnos con parte de su poesía en la que alude, precisamente, a esa comunión, a ese diálogo entre el hombre y el instrumento.

Y paso las madrugadas

buscando un rayo de luz;

por qué la noche es tan larga

guitarra, dímelo tú.

 Grabaciones

Dejó pocas placas grabadas, no llegan a 10 discos de pasta 78 r.p.m. los cuales fueron regrabados en vinilo. Unos figuran en el larga duración denominado «Guitarras en el Tiempo», de un lado hay grabaciones de Atahualpa Yupanqui y del otro de Abel Fleury.

Existe otro larga duración «Queridos ausentes del folklore», contiene grabaciones de distintas figuras del género, entre ellas hay dos temas interpretados por Fleury, son Relato (preludio criollo) de su autoría y Clavel del aire (canción porteña) de Juan de Dios Filiberto.

Transcripciones

Fleury transcribió para guitarra las siguientes obras: Moto Perpetuo op. 1l, de Nicolás Paganini, para una o dos guitarras; Los Estudios del Chiquito, de Honorio Siccardi; Pájaro Campana, galopa de Félix Pérez Cardozo; Pena Mulata, milonga de Sebastián Piana; Clavel del aire, canción porteña de Juan de Dios Filiberto; Suite en La para Guitarra, de Leopoldo Silvio Weiss.

Composiciones para canto

Camino del recuerdo y Cruzando tu olvido, con letra de Lauro Viana, con este autor también compuso Pico Blanco; Brindis de Sangre, tango criollo con letra de José R. Suárez; Alma en pena, canción criolla con letra de Claudio Martínez Payva.

Obras editadas para guitarra

Son treinta composiciones.

Para canto y piano

Alma en pena y Soliloquio (canciones criollas).

Publicaciones referidas a Abel Fleury

«Abel Fleury, El poeta de la Guitarra», fásciculo de Héctor García Martínez, con fotografías de época, comentarios y programas de actuaciones.

«Abel Fleury» – Biografía, de Gaspar L. Astarita, con comentarios y fotografías de época.

http://www.guitarrasweb.com

 

Tanguedia es una publicación cultural de Tango y Ciudad del Río de la Plata / Segunda época.

]]>
https://granizo.uy/2021/06/17/abel-fleuy-una-guitarra-inolvidable/feed/ 0 679
Los asombrosos paralelos entre el Tango y el Jazz https://granizo.uy/2021/02/09/los-asombrosos-paralelos-entre/ https://granizo.uy/2021/02/09/los-asombrosos-paralelos-entre/#respond Tue, 09 Feb 2021 05:17:55 +0000 https://granizo.uy/?p=132

Por Arturo Yepes

Hoy damos la palabra a un amigo chileno por nacimiento, quien vive en Puerto Rico desde hace más de cuarenta años. Un estudioso de la música popular con preferencia por el tango. Coleccionista, en especial de Gardel, cuenta con un archivo considerado de los más completos del mundo, que incluye, entre otras cosas, el micrófono usado por Gardel el 12 de abril de 1935 en el Teatro Tres Banderas de San Juan de Puerto Rico, con el cual aparece en la foto.

Destacado periodista y conferencista, se presentó por primera vez en nuestro país en el marco de los festejos correspondientes al Bicentenario de la Batalla de Las Piedras, invitado por la Academia Uruguaya del Tango. También cuenta con una extensa trayectoria como caricaturista y docente universitario. Sus trabajos de investigación han sido publicados por la Universidad de Puerto Rico y la de Alcalá de Henares, España. Entre los reconocimientos internacionales recibidos se destacan la medalla Carmelo Filandi de UNESCO, y la inclusión en el Programa “Los Objetivos del Desarrollo del Milenio”, de la ONU.

Nelson Sica.

Presidente de la Academia del Tango del Uruguay.

Desde muy joven me gustaban el jazz y el tango, estos dos géneros musicales aparentemente tan diferentes y de dos culturas tan disímiles.

A medida que mi interés iba in crescendo empecé a coleccionar cuanto reportaje, documental, o libro había sobre el tema. Cuál no sería mi sorpresa al ir descubriendo que el Jazz y el Tango tenían unos puntos tangenciales sorprendentes. Hace unos años comencé a anotar estas coincidencias.

Ambos ritmos son producto de la gran influencia africana en todo el continente americano. El Jazz proviene de tres vertientes: blues, spirituals, y rag time. El Tango, candombe, habanera, y milonga.

El Jazz y el Tango empiezan a gestarse en la primera década del Siglo XIX en las reuniones sociales de esclavos, tanto en Estados Unidos como en ambas riberas del Río de la Plata.

En las regiones del continente americano con climas homólogos a África, como Brasil y el Caribe, lo que predominan son ritmos alegres y vivaces, más parecidos a la música africana. Por el contrario, los crudos inviernos de los hemisferios Norte y Sur significaron un castigo adicional para los esclavos e influyeron en la tonalidad melódica reflectiva y nostálgica de los Blues y el Tango. Eso explicaría, también, la ausencia del tambor en ambos géneros.

Ambos ritmos son producto de puertos importantes: New Orleans en Estados Unidos, y Buenos Aires y Montevideo, en el Río de la Plata. El gran tráfico mercantil e inmigratorio de estos puertos iba a ir moldeando los respectivos pentagramas a lo largo de todo el Siglo XIX.

Tanto Jazz como Tango fueron conceptuados, hasta comienzos del Siglo XX, como música libertina e inmoral. Sólo se escuchaba en los burdeles.

La etimología de las palabras Jazz y Tango continúa siendo un misterio donde las teorías abundan: “Jazz, una forma de disfrazar la palabra ass”;  “jasmine, el perfume favorito de las prostitutas de New Orleáns”; “del verbo francés jaser, que significa bembetear, hablar en forma disparatada o improvisada.

Una coincidencia trágica: Charles “Buddy” Bolden, el primer director de una orquesta de Jazz  muere en un asilo mental en 1931. Pascual Contursi, el primer letrista de tangos (Mi noche triste) muere en un asilo mental en 1932.

Ambos géneros musicales experimentaron una evolución paralela. En la década del 20 eran los ritmos más populares en el mundo entero. Llegan a su máximo esplendor, con las grandes orquestas, en la década de los 40. Y en los 60, con el advenimiento del Rock, comienzan su decadencia.

El Jazz y el Tango tienen dos figuras pivotales: Louis Armstrong y Carlos Gardel. Genios musicales innovadores y de una creatividad inagotable, son considerados la espina dorsal de ambos ritmos. No conozco de ningún otro artista de masas para los cuales el cariño de sus admiradores llegue a una exaltación digna de lo divino. De Armstrong se dijo: “Era un mensajero de Dios en la tierra”. Y, en el Cementerio de la Chacarita, de Buenos Aires, donde descansan los restos de Gardel, hay una placa que lee: “Dios… se apagó tu voz”. Ambos, hijos ilegítimos. De procedencia paupérrima los dos, siempre mantuvieron su contacto con el pueblo; sencillos y asequibles, ninguno abandonó su humilde casita en los barrios de Queens y del Abasto, respectivamente.

Ambos géneros tienen dos compositores, George Gerswhin y Astor Piazzolla, que lograron llevar el Jazz y el Tango a las grandes salas de concierto.

Pero, hay un paralelo que considero el más importante: Tanto el Jazz como el Tango han tenido un resurgimiento en los últimos años, sobreviviendo heroicamente los embates de la música moderna. Me atrevo a asegurar que ambos ritmos permanecerán  como clásicos de la música popular per secula seculorum. Sin embargo, no será un regreso a la época de oro de las grandes orquestas; el Jazz quedará como música para deleite de nuestros oídos en festivales y conciertos. El Tango, por su parte, se perpetuará como espectáculo bailable, para nuestro disfrute de la más sensual y misteriosa de todas las danzas.

Publicado en Tanguedia Nº 22, junio 2011

 Tanguedia es una publicación cultural de Tango y Ciudad del Río de la Plata/ Segunda época

]]>
https://granizo.uy/2021/02/09/los-asombrosos-paralelos-entre/feed/ 0 132