Por Martín Imer
Si bien hace unos años podía parecer un género de nicho, la realidad es que el trap como género musical se ha impuesto en la escena latinoamericana, y Uruguay no ha sido ajeno a esta explosión de talento urbano. Entre los artistas que circulan por la movida se destaca Davus, un músico local que, gracias a una combinación de letras cercanas y sonidos adictivos, ha generado una legión de fans.
Davus (o, como es su nombre real, David Oliver) aporta una frescura particular que es elogiada tanto en nuestro país como en toda América Latina, y sigue avanzando en su camino artístico logrando importantes lugares en diversos shows. En esta entrevista podrán ver a un Davus auténtico, en su forma de hablar, volando entre distintas líneas de pensamiento – que intentamos replicar en esta transcripción de la charla – y también en su honestidad a prueba de balas.
¿Cómo ves este presente en el que estas, que vas a sacar ahora una canción y tenes varios shows por delante?
-Bien, me siento en un buen momento porque viste que por la pandemia y todo medio que venía todo bastante bien, subiendo zarpado, y de repente de la nada se estancó y empezó a bajar, y de a poquito en la pandemia si bien llegue a hacer un par de shows que estuvieron buenos, en salas grandes, no los sentía como que estaba en movimiento, ¿viste? Yo siento que recién ahora está todo activándose y eso me llena porque lo necesito. La instancia del show es, para mí, como ir al gimnasio, es como un ejercicio que también me hace distender zarpado y además esta toda la instancia del contacto con la gente que ta… es el único lugar donde realmente conectas con la persona que te escucha, porque en otros lados no los ves, no los cruzas, en la calle capaz alguno que otro pero no se genera lo mismo.
Vos me decías que era medio como una cosa casi catártica, el que estuvieras todo el tiempo componiendo, ¿cómo es tu proceso creativo?
-Depende como estoy, no es siempre igual, pero siempre va ligado a como me siento, digamos. Hay gente, escritores o productores, que logran escribir o producir más allá de cómo están, ¿viste? Eso ya requiere de un nivel de cabeza que no tengo o que todavía no me sale, entonces mi ritmo de creación siempre depende de cómo me siento yo; si estoy bien, van a salir cosas que se sienten bien y si estoy mal van a salir cosas que se sienten mal pero no dejan de ser buenas o malas por eso; sea lo que sea que esté haciendo voy a hacer lo mejor que me salga. Pero no hay un patrón a seguir.
Y son temas que salen muy de adentro tuyo, ¿no?
-Sí, la mayoría sí. Obviamente que hay temas que los he pensado más comercialmente hablando y de repente son más superficiales, pero por lo general sí, siempre salen de adentro porque me siento así cuando los hago, entonces en la mayoría sí hay una especie de no sé, algo que se siente que es real porque sale de ahí.
¿Y cuáles son los que más pegan en el público, los comerciales o los que son más propios?
-En el público general los que son más comerciales, porque es lo que quieren escuchar, lo que más se parece a lo que suena en el mercado es lo que la gente suele agarrar mejor. Pero después están las personas — no sé si decir fans, pero sí los que escuchan más seguido, digamos, que aprecian mucho más lo otro, porque llegan a conocerte un poco mejor, se sienten más cerca. Pero es más difícil entrar al público general con una canción que de repente no suene a nada parecido a lo que hay en TikTok.
También estábamos hablando de esa velocidad con la que vos haces las cosas y sacas álbumes y temas, ¿cuál sería el que vos consideras un ritmo habitual de trabajo?
(Ríe)
¿O no tenes?
Es que no, el ritmo habitual de trabajo para mi hoy en día es cuando estoy en plan — es que yo funciono por rachas, ¿viste? De repente tengo una buena racha y estoy tres, cuatro semanas que no paro, todos los días me pongo a hacer dos o tres canciones, literal, y hay rachas que en dos meses no hago una, pero cuando no estoy haciendo música estoy o pensando en la producción de videos, o haciendo tipo tapas para los releases, o armando shows, o vendiendo CD’s, siempre estoy haciendo algo relacionado. Si no estoy haciendo música, estoy haciendo algo relacionado con el producto en sí. Siempre estoy pensando en eso, de una u otra manera.
¿Cuál es tu inspiración, tenes inspiraciones de tu vida o son cosas que salen en el momento?
Por lo general suceden situaciones en la vida que esas me llevan a sentir ciertas cosas y en vez de hablarlas o ir a un psicólogo – que debería, igual (risas) – las saco por ahí, entonces eso es una inspiración. Por ejemplo, cuando me siento triste, ponele, sobre todo cuando tiene que ver con amores, esos son los mejores momentos, puedo hacer un álbum en 2 semanas.
¿Y eso no te hace sentir también un poco vulnerable ante el público?
-No porque aprendí a vivir con eso y me gusta también sentir que puedo sacar para afuera algo que otros también tienen adentro pero no se animan a hacerlo o no les gusta hacerlo, pero sí como ver cuando alguien lo hace. Es como un libro, la mayoría de los bestsellers son libros en donde alguien cuenta algo que le pasó, situaciones dramáticas o cosas emocionales; a la gente le gusta de repente ver en otros lo que ellos no se animan o no quieren hacer, entonces capaz me siento un poco vulnerable si lo pienso, pero no es algo que no me haga dormir, al revés, me gusta porque siento que me hace ver más humano al ojo del otro. Y no me cambia tampoco, no duermo más o menos por si me miran bien o mal, por ser así, me da igual.
Más allá de que seguís siendo independiente y tuviste un camino sobre todo que te costó mucho, ahora estas en estos shows bastante grandes e importantes, ¿cómo ves, en general, a la industria en Uruguay, independiente y mainstream?
Independiente es complicado como toda la vida, eso sigue igual. Osea, hay más gente involucrada, gente metiéndose, más eventos y más movida, pero sigue muy en pañales, siento que faltan gestores culturales que conecten al público con los artistas de una manera que sea productiva para todos, ¿viste? Como que todos puedan beneficiarse de eso. Y en lo comercial, creo que ha crecido abundante, hoy en día hay varios estudios de grabación increíbles que hace 5 o 10 años no existían, y todas esas cosas salen de los bolsillos de personas que las hicieron a huevo, no es que vino — ponele, en España hay un estudio de HYM, osea nada que ver, una empresa de ropa, pero que van y ponen plata y hacen canciones y es para el uso nuestro — acá no, acá hay gente que porque toda la vida han sido productores dicen «vamos a poner un estudio» y gracias a eso es que hoy en día existe todo un ambiente, digamos, comercial, de artistas que están haciendo algo más grande y que está bueno; creo que hay una escena comercial ya, que no será increíblemente zarpada exorbitante, pero hay artistas que pueden competir internacionalmente en cuanto a números y producto y eso.
¿Y vos en qué lugar te ves en este momento?
Yo me veo del lado independiente porque es lo que soy, pero a su vez creo que tengo llegada y amistades y conexiones del mainstream, entonces es como que trato de usar herramientas de los dos lados, no me considero tampoco 100% independiente porque si bien esto es laburo que sale a huevo muchas veces colaboro con gente que no es independiente entonces es como que estoy ahí, en el vaivén, estoy jugando con las dos.
¿Y te gusta eso?
Sí, me gusta, y yo no estoy en contra de nada, tampoco no es que yo me cierre y diga “yo soy así” ni ahí, si soy independiente es porque estoy esperando el momento indicado para llegar a un acuerdo que yo también me sienta 100% cómodo de firmar. Ya podría haber firmado, pero no siento que he recibido el trato que merezco, entonces estoy ahí jugando, pero cómodo.
También es más difícil eso…
-Total, porque hay muchas puertas que se te abren si ya estás adentro. Por más que esté todo bien, por más que seas amigo y todo, es su negocio, comen de eso, y por más que esté todo bien vos tenes que estar adentro para que se te abran esas puertas, y yo lo entiendo. Pero ta, mientras tanto, por ahora puedo moverme, puedo hacer música, puedo vender libros y vender ropa y algo puedo sacar.
En Argentina también tenes muchísimo público, ¿no? Yo había leído un dato tuyo que de Spotify eras más escuchado en Argentina que en Uruguay.
Sí, en Argentina, México, Chile, España y recién Uruguay. En Argentina son 20 veces más que lo que me escuchan acá
También hay un mercado mucho más grande allá.
Claro, en Argentina sí hay una industria que ya está, ya no los mueve nadie, acá se está gestando recién. Allá también hay más gente y consumen mucho más, están mucho más acostumbrados a escuchar más allá de lo que suena en la radio, o en la televisión, o en spots publicitarios. En Argentina escuchan cosas más de afuera y eso ayuda un montón porque de repente yo hago cosas que no suenan tan como el Peke o cosas así, son otras vertientes.
¿Y a vos te gustaría vivir en Argentina?
No sé si me gustaría vivir, pero me gustaría hacer viajes intermitentes, cada dos semanas ir; dos allá, dos acá y así pero no sé si me gustaría estar ahí tiempo completo, sería complicado, me gusta también estar acá. Sería lo más inteligente, igual.
Para tu carrera, sí, si lo miramos desde un punto de vista económico y comercial.
Podría hacer igual algún viaje que dure, no sé, seis meses, y ver qué onda. En realidad, podría pasar, pasa que en mi cabeza lo pienso y me da cosa; también pasa que estoy muy arraigado acá, nunca viví en otro lado, entonces me daría un poco de miedo.
¿Miedo a qué?
A todo, porque voy a meterme en algo que ni conozco, también: yo he viajado un montón, pero no es lo mismo ir como turista que ir a vivir ahí. No es lo mismo ir con dólares y cambiarlos ahí en el dólar blue que ir y ganar en pesos, entonces ya es otra onda… Aparte cuando vas una semana o dos tenes algo para hacer todos los días, porque obviamente como saben que estás ahí poco tiempo te van a invitar a un estudio a grabar, te van a invitar a todos lados, pero la cosa es cuando estás ahí quién te sigue invitando y quién te sigue en esa; una cosa es el que está ahí un ratito y otra es el que ya está ahí. Cambia.
Volviendo al tema de los shows, ¿Cuándo tenes ahora?
-El 22, en la Sala del Museo.
¿Cómo te sentís cuando encaras un show que ya tiene toda una preparación, en un escenario, con luces, te sentís distinto a lo que es un show más casero con amigos?
Sí, obvio, te saca algo de adentro que está re zarpado, porque cuando es algo de amigos y eso por lo general — antes de ayer, fue un evento, en una plaza que estuvo hermoso, en el Pinar, y yo realmente lo disfruté muchísimo pero claro, tiene limitaciones en cuanto a sonido que de repente satura un montón, que el retorno es malísimo, entonces no terminas de entrar como deberías, pero en cambio en las salas grandes yo creo que ya sólo con el sonido se te mete algo adentro que decís «esto es mío, es mi momento» entonces terminas haciendo algo mejor. Yo lo vivo re bien, a mí me fascina, cada vez que tenemos que tocar en una sala grande no sé, me entero un mes antes ponele y con las preparaciones y eso ya estoy deseando que sea el día.
¿Tenes próximos proyectos muy a futuro o vas armando cosas sobre la marcha?
Las dos, tengo cosas que voy armando y las guardo y veo para sacarlas cuando sienta que es el momento o cuando tenga ganas, porque a veces no sentís nunca que llega el momento porque es imposible saber. A veces le erras y a veces le embocas, cuando pensas que puede funcionar o no, pero me gusta hacer las dos cosas, grabarlo y guardarlo, esperar que sea el momento, prepararlo con dos meses antes, largarlo pensado, o de manija decir “bueno vamos hacer esto, hacemos el video mañana con un celular igual y lo largamos la semana que viene”, osea las dos, porque me como la cabeza, si estoy haciendo música pensando en que la voy a sacar en junio del año que viene ya la mente me come, no puedo, tengo que pensar en el ahora también.