• 14 de noviembre de 2024 5:44 PM

Entrevista a Ariel Winograd

Por Martín Imer

«La comedia es un género que yo amo mucho»

Hoy por hoy hablar de Ariel Winograd es hablar de una pieza fundamental en el Cine argentino mainsteam. No solo es el realizador un sinónimo de éxito comercial, rodeándose de figuras de gran convocatoria popular y con propuestas atractivas para el gran público, sino también una señal de calidad detrás de la cámara; un título ganado a pulmón luego de varias obras de amplia llegada masiva pero también personalidad y talento como Sin hijos, Mamá se fue de viaje y Mi primera boda. Winograd, nacido en el cine independiente con Cara de queso, fue situándose con el paso del tiempo en un lugar muy interesante para un director, ya que cuenta con el apoyo de los espectadores y también de artistas de renombre, como Diego Peretti, Guillermo Francella o Natalia Oreiro, para aparecer en sus cintas. En esta oportunidad el argentino presenta Hoy se arregla el mundo, comedia dramática que lo presenta en su mejor versión, la más emocional sin rendirse al sentimentalismo, retratando el viaje de un hombre y un niño que un día descubren que no son padre e hijo, e intentan buscar al verdadero progenitor del segundo, redescubriéndose a sí mismos en el proceso. Es una película llena de ternura y pinceladas de humor, encabezada por un Leonardo Sbaraglia en estado de gracia y la revelación de Benjamín Otero como un niño actor a tener en cuenta. Sobre la película, su forma de trabajar y el estado de la industria, les presentamos aquí una entrevista que pudimos realizarle al exitoso director.

¿Qué te atrajo de “Hoy se arregla el mundo”?

Obviamente como todo, siempre empieza con la lectura del guion. En este caso, Mariano Vera escribió un guion hermoso en conjunto con Patagonik, que son la misma productora con la que hicimos Sin hijos y Mamá se fue de viaje. y esta historia me atrapo desde el inicio, eso fue lo que más me gustó.

Siempre contas con figuras muy conocidas en los roles principales de tus cintas, y esta no es la excepción. ¿Cómo fue trabajar con Leonardo Sbaraglia?

El proceso de trabajo con Leo fue muy emocionante. Partimos, como siempre se hace con los actores, de una lectura muy profunda y minuciosa, donde vas leyendo todo el guion y poco a poco, en conjunto con Leo, ayudas o acompañas en la construcción del personaje: quien es el griego, por qué hace lo que hace y en qué estado emocional se encuentra a la hora de empezar la historia y como lo va atravesando. Obviamente fue una experiencia maravillosa, ya que encontré un amigo y un compañero de trabajo tremendo que adopta a los personajes, se los come y los transforma.

A pesar del elenco de estrellas, el joven Benjamín Otero se roba todas sus escenas. ¿Es más difícil trabajar con un actor nuevo o con uno ya consagrado y con una idea más fija de lo que es la actuación?

Bueno, los procesos de trabajo con chicos son siempre diferentes porque cada chico es un mundo. En este caso, nosotros hicimos un trabajo muy fuerte en conjunto con María Laura Berch, que no fue solo la directora de casting de la película sino también la coach de Benja. Entonces en un punto se trabaja muy en paralelo con todo lo que sería la parte humana de Benjamín, porque uno no deja de ser un niño, y eso requiere una contención muy diferente de estar trabajando con un actor consagrado, adulto, que tiene por ahí más experiencia, entonces hay un trabajo humano por un lado y de interpretación por el otro, de qué es lo que va sucediendo en cada escena. Así que siempre es como un mundo nuevo de aprendizaje con cada niño actor con el que uno comienza a trabajar, porque sus intereses y sus maneras de acercarse a la historia son diferentes.

Siguiendo con los actores, se nota tu preferencia por repetir colaboraciones, como con Diego Peretti o Martin Piroyanski. ¿Por qué preferís esta forma de trabajo?

Principalmente porque son amigos, porque nos tenemos mucho cariño, respeto y admiración, y hay algo del hecho de filmar una película y que funcione en cierta manera para reencontrarse con amigos, para hacer algo, que siempre para mi es muy gratificante; ese tiempo en el set. En este caso también esta Mario Alarcón, que con él venimos trabajando desde Vino para robar. A mí me gusta repetir mucho a los actores que admiro y – si se puede y se da la posibilidad porque hay un rol – siempre los invito a ser parte de mis películas.

Siendo un realizador de productos muy exitosos, imagino que tendrás mucha expectativa por el lanzamiento en salas de la cinta, en estas circunstancias tan adversas. ¿Notas que el público está ansioso por volver a las salas con producciones no-blockbusters? ¿El cine argentino volverá a tener éxitos como, por ejemplo, “El robo del siglo”?

La verdad que tal como decís, es un momento de cambio cultural, principalmente en el cual el cine en general ha perdido público, y se ha perdido un poco el hábito, entonces uno tiene que ser consciente de que los tiempos han cambiado: uno no espera los números de antes, hoy todo está pasando por las plataformas, y en este caso el cine se ha transformado en un acto romántico, para con el estreno darle de nuevo la posibilidad a los espectadores de, si tienen el deseo, vayan a ver la película a las salas, que son espacios completamente seguros, ya que el cine es un espacio seguro. Pero de vuelta, uno tiene que entender que los hábitos han cambiado, y los números no van a ser los mismos de antes, porque sería muy inconsciente pensar que todo es lo mismo cuando todo ha cambiado. Esto no quita que uno siempre tenga expectativas y los mejores deseos para con las películas que uno hace.

Tus películas tienen un marcado estilo entre la comedia y el drama, aunque con mayor decantación por la primera. ¿Qué te atrapa de este género? ¿Ves futuro para la comedia luego de la “nueva normalidad”?

Sí, lo veo. La comedia es un género que yo amo mucho, en el que me siento muy cómodo, y me encanta poder utilizar este género para poder contar historias, creo que más allá de la nueva normalidad o como se llame los géneros no mueren. Todos necesitamos reírnos, reírnos nos hace bien a la salud, hace bien al alma y a la mente, con lo cual no es un género que va morir.

¿Cómo ves al cine argentino post-pandemia? ¿Sentis que la industria está empezando a recuperarse?

Siento que la industria se empezó a recuperar desde el año pasado gracias a las plataformas. Está habiendo muchísimas producciones en diferentes campos, la industria está trabajando tanto en series como en películas y por suerte hay mucho trabajo. Esta recuperación sucedió el año pasado por la necesidad también de parte de las plataformas de generar contenido, así que en ese sentido poco a poco las cosas se fueron acomodando a diferencia de lo que fue el primer semestre de marzo que estaba todo parado literalmente.

¿Tenes próximos proyectos en mente?

Sí, estoy por estrenar en marzo una serie que filmé para Mexico, para HBO Max, que se llama Las bravas, que quiero mucho porque es la primera serie en la que trabajé como director y también en el rol de showrunner, y ahora también en marzo voy a empezar a filmar una película para una plataforma dentro de un convenio que tengo con Viacom-CBS.