Por Martín Imer
Se estrena en Uruguay “Virus: 32” una nueva propuesta del cine nacional que apuesta al popular sub-género zombie; es decir, muertos que vuelven a la vida. La película sigue a la cuidadora de un antiguo club que, junto a su hija, deben refugiarse de una horda de zombies con ganas de devorar todo lo que se les ponga enfrente, aunque no será la única amenaza. El film se luce por su cuidadísimo apartado visual, la inteligencia en el manejo de la tensión y el buen hacer de la dupla protagonista.
GUSTAVO HERNÁNDEZ
¿Cómo surge la idea de Virus:32?
La idea nace hace más de cinco años. Desarrollamos con Juma (guionista) un guion que se llamaba Albatros, pero tenía una dimensión de producción inviable para nuestra región y no pudimos levantar la financiación. Después se nos ocurrió trasladar la idea al club Neptuno e inmediatamente todo se alineó y el proyecto vio la luz verde.
Tus películas siempre hablaron de los peligros humanos más que los paranormales. ¿Es esto lo que te lleva a una película apocalíptica?
Lastimosamente mientras rodábamos el caos de la película, también vivíamos el caos y la incertidumbre de una pandemia real. Nuestra mirada siempre está puesta en Iris (Paula Silva) y su coraje y su humanidad por encontrar a su hija en medio de un espiral de violencia y desconcierto. La película juega constantemente entre la convivencia del lado animal y el humano, pero entendemos claramente al final que uno es más poderoso que el otro.
¿Qué te atrae de los zombies en el cine?
En nuestros infectados me gusta la combinación de la fuerza animal con signos muy marcados de inteligencia. Son cazadores implacables, pero que están perdiendo sus rastros de humanidad.
¿Cuáles fueron tus inspiraciones a la hora de crear esta película?
28 days later (Exterminio) de Danny Boyle.
«La casa muda», tu debut, tiene ya 12 años. ¿Cómo la ves a la distancia? ¿Sentis el peso de que sea una «obra de culto»?
Es una película que quiero mucho, que me enseñó mucho y me abrió y me abre hoy muchas puertas. Siempre digo que no tengo ningún peso, porque con mi primer largometraje llegaron un montón de logros, un montón de metas que uno se puede trazar como realizador y todo eso me pasó en mi primer trabajo. Lo que siguió y sigue es todo aventura.
Sos un autor con una marcada tendencia hacia el cine de género. ¿Es difícil mantener esos intereses en el mercado latinoamericano?
El género de terror se demanda en todo el mundo. Nuestras tres últimas películas, No Dormirás, Virus:32 y Lobo feroz (con fecha de estreno para 2022) fueron financiadas en gran medida por estudios y plataformas antes de encender la cámara. En nuestro caso, los mercados siempre están alerta a nuestros próximos trabajos.
¿Qué diferencias hallas en un rodaje en pandemia?
Rodar en pandemia es mucho más caótico, porque el virus obviamente nos lleva a tomar todas las precauciones que existen para que nadie se enferme. Para respetar todos los protocolos de sanidad se necesita más tiempo y dinero, y obviamente esos recursos son dos variables fundamentales en la industria del cine.
¿Cómo fue el armado y la ejecución del impactante plano secuencia con el que abre la película?
El plano inicial de la película llevó mucho diseño de producción y realización para poder ejecutarse. Tuvimos que cerrar varias manzanas de la ciudad vieja para poder trabajar con precisión la corografía que necesitábamos. Se rodó en dos días que fueron muy complicados técnica y actoralmente ya que la cámara y los actores tenían que coincidir en algunos casos milimétricamente en el tiempo y el lugar.
Paula Silva entrega una actuación muy convincente. ¿Cómo fue el proceso de dirigirla durante esas emociones?
Paula Silva hace un trabajo increíble durante toda la cinta y es gracias al talento y compromiso que puso en cada plano. Fue un rodaje muy exigente para todos los que estuvimos involucrados, desde los actores a los técnicos. Paula tuvo que sumergirse en su personaje sin descuidar la técnica en la puesta de escena, ya que hay muchos planos secuencias en la película que conllevan una concentración absoluta en cada detalle.
¿Crees que, al tener un escenario tan uruguayo, la cinta resulte más impactante para los espectadores locales?
El club Neptuno es un lugar con muchísima personalidad y quisimos mostrar cada rincón del club de una manera especial, con un color e iluminación únicos para cada escenario, desde los vestuarios hasta las piscinas. La película se desarrolla íntegramente en la ciudad vieja, donde obviamente hay un peso muy grande del puerto y de toda la arquitectura del barrio.
¿Tenes próximos proyectos en mente?
Este año vamos a estrenar Lobo Feroz, una película que rodamos en España. Por otro lado tenemos algunos proyectos de series y largometrajes, pero todavía no podemos adelantar muchos detalles.
DANIEL HENDLER
¿Cómo ves a tu personaje en VIRUS: 32?
Lo veo como una mezcla de visionario y, al mismo tiempo, un negador. Es el único que parece entender lo que está pasando ahí, cuáles son las claves de ese apocalipsis que se viene. Y por otro lado, no puede asumir que su sueño se acabó. Pero tampoco se puede analizar fuera del género; el tipo está ahí para cumplir una función. Tuvimos la suerte de trabajar los personajes con Juma Fodde que es guionista de la película y nos ayudó a entender varios vericuetos, y también le dejamos espacio al juego, a lo que no necesariamente tiene respuesta.
¿Qué fue lo primero que te atrajo de esta propuesta?
La propuesta me llegó a través del coproductor argentino, Sebastián Aloi, con quien ya tenemos una buena lista de trabajos compartidos, y me llegó en plena cuarentena; una película que hablaba sobre una pandemia zombie, una especie de terror distópico que tenía que ver con algo de lo que nos estaba pasando, y de la mano de un director que sabe del género. Yo nunca participé en películas de terror, así que me pareció una buena oportunidad.
Ya has participado de películas sobre eventos apocalípticos. ¿Crees que también, en cierta forma, hablan de una realidad del hombre?
Es cierto que ya me tocó colaborar en alguna película apocalíptica como Fase 7. Supongo que en este mundo donde se discute si la libertad es algo totalmente individual o tiene una dimensión colectiva, el apocalipsis nos muestra el «sálvase quien pueda»; como un espejo de esa falta de conciencia de que en esto estamos todos juntos.
Virus: 32 estrena localmente a pocos meses de otro estreno tuyo, EL PRÓFUGO, ambas cintas con elementos de fantasía. Como actor, ¿Qué te atrae de este tipo de cine?
Más allá del género o de la mezcla de géneros en una película, me atrae cuando el director o directora aporta una mirada propia sobre las reglas de esos géneros que está trabajando. En estos géneros que mencionás, además, me interesa cómo se trabajan los climas, las tensiones; el trabajo actoral atiende mucho más ese engranaje y no tanto los aspectos compositivos con los que generalmente queremos lucirnos los actores. El género de terror busca llevar de las narices al espectador, en un acuerdo con él, como si se lo invitara a ingresar en una montaña rusa. Ahí los personajes son el punto de vista desde el que nos identificamos como público. No son nuestro objeto de atención en sí, si no los que nos sacan de paseo.
Tanto Virus como «Así habló el cambista», que también protagonizaste, son producciones locales con gran despliegue artístico. ¿Qué sentís al participar de este momento del cine uruguayo, sobre todo habiéndolo vivido en su punto de inicio?
Me encanta. Más allá del despliegue de producción, me encanta ver que hay autores y autoras que encuentran un camino interesante, y poder colaborar con ellos es un lujo.
Además de tu labor como actor, te vemos muy activo en tus redes sociales, comentando sobre todo lo que te importa. ¿Qué opinas de la actualidad uruguaya, reflexionando post-elecciones?
Uh, es una pregunta demasiado general. Lo podemos dejar para otra oportunidad. Me alegro que me veas activo en las redes porque yo me reprocho lo contrario. Lo que sí puedo decirte es que es difícil debatir en estos momentos donde prima la demonización y proliferan las falsas noticias. Vemos como zombie al que piensa diferente.