Por Mauricio Rodríguez
Jorge Bonaldi y Adriana Ducret acaban de editar un nuevo disco para niños. Se llama “Sentirnos cerquita” y fue grabado entre mayo de 2020 y mayo de 2021. Cuenta además con la participación de niños y niñas cantando y tocando y la grabación y la mezcla de Riki Musso.
Solo siete días bastaron para que el nuevo material de Jorge Bonaldi y Adriana Ducret trepara en redes hasta las setenta mil visualizaciones. El clip de “El baile de Mariana” alcanzó la cifra y es el track que abre el nuevo álbum que se llama “Sentirnos cerquita”, que fue grabado entre mayo de 2020 y mayo de 2021. Una serie de canciones nuevas e innovadoras en el campo de la música uruguaya para la infancia, que el dúo trabaja desde 1990. En este caso las composiciones cuentan con un nuevo añadido: niños y niñas cantando y tocando. Por primera vez en los 31 años de existencia del dúo, un equipo de niños y niñas de distintas edades agregan una tímbrica renovadora.
Este disco es una producción independiente y su formato en CD es una edición limitada. Se está distribuyendo tanto en Montevideo como en el interior y exterior del país. Se consigue coordinando por el teléfono (099) 990 158.
¿Cómo fue el proceso de trabajo, en tiempos de pandemia, de este nuevo disco?
Bonaldi – Fue un trabajo muy profesional. Se trabajó con calma, con mucho detalle y logrando exactamente lo que se deseaba. Hubo hallazgos: en buena medida el álbum resultó «copado» por los niños, que respondieron con gran eficiencia y rapidez en el canto, los diálogos e incluso en la creación musical. Ellos, todos debutantes en el trabajo de estudio, aportaron el refresco renovador y las tímbricas que aún no habíamos experimentado.
Ducret – Nos llevó un año de trabajo en el que hicimos hincapié no solo en los detalles de composición, sino también en los arreglos y la inclusión de niños y niñas que marcan una diferencia con respecto a nuestras producciones anteriores.
¿A qué remite el nombre del disco?
Ducret – A dos motivos. Por un lado, al tipo de trabajo que realizamos siempre en nuestros espectáculos donde el público y nosotros estamos en continua interacción. Por otro, al “Sentirnos cerquita” en estos tiempos donde no hemos podido casi cantar en vivo. Consideramos que llegar a nuestro público de esta otra manera, es también muy importante y necesario. Actualmente lanzamos nuestro disco en formato CD, en edición limitada hasta agotar stock. Es una producción independiente. Estamos enviando los discos o los entregamos personalmente, previa coordinación a través del teléfono (099) 990 158.
Bonaldi – Los que iban cantando y Canciones para no dormir la siesta aportaron en su momento el concepto de «espectáculo total». O sea, la utilización de todo el perímetro de actuación fusionando escenario y platea por parte de los músicos; el contacto físico con cualquier espectador, mas distintas técnicas de acompañamiento audiovisual, mas la posibilidad de generar libretos de espectáculos temáticos. En 31 años nosotros fuimos puliendo y afinando todo eso. Y se transformó en nuestro sello. La tragedia sanitaria vino a interrumpir esto, por la necesidad de evitar los contagios. Ahí es donde se asoma el título del álbum.
¿Qué lugar creen que ocupa hoy la llamada canción infantil?
Bonaldi – El tema abarca varios costados. Los medios de comunicación no se ocupan mucho de averiguar la realidad. Apenas el éxito, las recaudaciones, las ventas de entradas… Pero se profundiza muy poco en el análisis de los materiales. No parece haber calificación. Como bien dijo Coriún Aharonián, todo termina dependiendo de la influencia y el olfato de padres y maestros. Vemos que un día un cantante llena un par de veces la sala Zitarrosa y eso merece un gran centimetraje de prensa. Nosotros lo hemos hecho durante más de treinta años, alcanzando grandes cantidades de público y casi nadie parece querer indagar de qué se trata. ¿Falta de calificación por parte del periodista? Quizá. ¿Desprecio encubierto hacia la persona del niño? Tal vez. ¿Sobreentendidos? Bueno. El caso es que crítica no hay.
Ducret – La mayoría de los medios de comunicación y los organizadores de eventos y festivales suelen olvidar el rubro “canciones para las infancias”. Niños y niñas están siendo bombardeados por canciones para adultos, que muchas veces no tienen un contenido temático adecuado para ellos. Nuestros 31 años de trayectoria artística han sido siempre apoyados y difundidos más que nada por docentes y familias; ellos son los que nos han perpetuado de generación en generación.
¿Qué tiene de diferente – si es que tiene- componer para los más chicos?
Bonaldi – Es necesario producir una descarga de los estereotipos adultos. Eliminar cuidadosamente de las canciones las vivencias por las que los niños aún no han pasado y que vendrán con el desarrollo natural. Esto va en los textos pero también en las músicas y en la morfología de las canciones. También la estimulación sonora juega un papel muy importante en esto, ya que se refiere a formas de percepción que varían según las franjas etarias.
Los niños de hoy no son los mismos de antes en cuanto a los estímulos que reciben, ¿eso ha hecho que ustedes cambiaran la óptica respecto a sus propias canciones?
Bonaldi – Esto lo he oído casi de continuo en los últimos 45 años. ¿Los niños cambiaron porque se han apoderado de chiches tecnológicos (y viceversa)? Fijémonos en las permanencias. Los niños siempre agradecen cuando comprenden que algo está hecho a la medida de ellos. También agradecen cuando intuyen la atención, el afecto, la inteligencia, la seriedad y el amor que se les dirige. No son tontos. Son personas serias. A los adultos compete entender esto y no dejarlos abandonados a chirimbolos superfluos.
¿Cómo es el público infantil en las presentaciones en vivo?
Ducret – Es sincero y afectuoso. Tenemos espectáculos distintos, para las diferentes franjas etarias. Lo que más me reconforta es ver la respuesta del público durante y después de cada espectáculo.